Con gran entusiasmo y mucho agradecimiento recibió ayer el presidente de la Real Academia Galega, Xesús Alonso Montero, su diploma de socio de honor del Instituto de Estudios Carballiñeses, en un acto en la Casa da Cultura de esta villa. Un acto en el que además el IEC presentó el Nº 30 de la revista Ágora do Orcellón, publicación propia, y que es un monográfico único sobre Alonso Montero, que va a ser referente en la bibliografía del presidente de la RAG por recoger datos muy actualizados que no aparecen en otras monografías y que fueron facilitados por el propio homenajeado.

En este número colaboran más de 40 personas entre académicos, catedráticos de las tres universidades gallegas, escritores, editores, amigos, familiares, que aportan diferentes perspectivas sobre su figura, y que ayer estuvieron muchos de ellos allí presentes. Un trabajo con el que Alonso Montero quedó encantado por las distintas visiones de él que plasma, como escritor, orador, académico, profesor, y que exalta todas sus facetas como persona y como intelectual.

Un miembro del IEC, Modesto Hermida, hizo una semblanza del nuevo socio de honra destacando sus publicaciones, su rol dentro de la RAG, su papel como activista cultural entre otras facetas, y aportó todos los datos por los que esta institución lo eligió. Y es que colaboró siempre con el IEC en conferencias, mesas redondas, en la revista, y más, pero también sugirió la idea de cambiar el formato de ésta que antes era de 52 páginas con formato de folio y a partir de la Nº 25 es de libro. También propuso que el Nº 26 se dedicara a la figura de Emilia Pardo Bazán por el papel que tuvo en O Carballiño y comarca.

Alonso Montero agradeció especialmente al presidente del IEC, Avelino Muleiro, esta distinción que se le hace a su persona, por la que dijo estaría "eternamente" agradecido, al considerarla "un honor". En el acto se expusieron fotografías de los ocho anteriores socios de honor, grandes personalidades, por lo que indicó se sentía "muy orgullos de formar parte de este elenco".

Durante una hora explicó como se formó como persona, que sus padres, vecinos de Castrelo de Miño, tenían muchas tierras pero que él no quería ser agricultor y se fue a estudiar, pero no medicina o derecho como querían ellos, sino letras. Una amena intervención que finalizó con el himno gallego a cargo del gaitero Carlos Núñez, quien asistió de forma sorpresiva.