Los familiares de Isabel Fuentes lucharán por que el asesinato a manos de su marido, mientras se recuperaba en la cama del hospital, lleve a la cárcel a Aniceto Rodríguez, que sigue ingresado sin poder declarar. Y no dudarán si su impresión de que pudo existir una negligencia deja resquicio para exigir responsabilidades. "La Guardia Civil sí que hizo su trabajo, pero no todo el mundo lo ha hecho. No descartamos nada, salvo cruzarnos de brazo", sentencia Santiago Martínez, uno de los primos hermanos que han recorrido cientos de kilómetros, desde Andorra, Cataluña o Madrid, para poder expresar ayer, en Verín, su clamor por el crimen.

La decena de primos hermanos ya es formalmente acusación particular en la causa judicial, y sus abogados estudian al detalle la documentación, atestados y resoluciones de Instrucción Número Uno de Verín, la sede de Violencia de Género, cuya titular rebajó a "conjeturas" y "suposiciones" las certezas que la Guardia Civil tenía de que el asesino Aniceto Rodríguez había sido el responsable del primer ataque a la mujer. Una agresión en el domicilio conyugal, la madrugada del 1 al 2 de abril, que quiso disfrazar como un robo. Remató a la mujer transcurrido más de un mes desde su ingreso.

La juez, tal y como detalló FARO el día después del crimen perpetrado el 8 de mayo, no había visto indicios para prorrogar la estancia de Isabel en Reanimación, donde estuvo ingresada hasta el 29 de abril. El día anterior, la juez dictó una resolución diciendo que "hoy por hoy" no había base para sospechar de Aniceto Rodríguez, "más allá de las meras conclusiones fundadas en conjeturas a las que llegan los agentes de la investigación, pero de todo punto insuficientes", afirmó. Negó pinchar el teléfono al esposo. La Policía Judicial lo señalaba por escrito, a los 5 días del primer ataque, como "principal sospechoso". Subrayó el "peligro" de que quisiera volver a atacarla en el hospital. Vigilaban de paisano temiendo lo que tristemente ocurrió.

"No se merecía una agonía así"

Con pancartas contra el machismo, mensajes y flores por la memoria de la víctima -su imagen dominando dos de ellas-, los familiares, amigos y vecinos recorrieron ayer a pie los 2 kilómetros por carretera entre Pazos, donde vivía el matrimonio, y la plaza frente al concello de Verín. "Todos esperamos que se haga justicia con mayúsculas", dijo el portavoz de la familia en el manifiesto que puso fin al acto. En un gesto honorable, la familia se convirtió en portavoz de tantas víctimas subyugadas por el machismo. "Isabel no merecía un final así, una agonía así. La violencia de género está más cerca de nosotros de lo que pensamos, se esconde a veces y en otras ocasiones estalla tenebrosamente. No calléis las mujeres, dad un paso adelante cada vez que os sintáis amenazadas y menospreciadas, denunciad y sed capaces de vencer el miedo. Todos somos Isabel y esperamos que se haga justicia con mayúsculas. Cuánto te echamos de menos, Isabel". Una ovación arropó a los parientes, muy emocionados.

Tras la manifestación, el portavoz dijo a los periodistas que la familia ejercerá acciones según el criterio "técnico" de los abogados. "El viernes" tienen una cita con el fiscal jefe de Ourense para decidir qué hacer. La juez ha levantado el secreto de sumario. También tendrá acceso al caso la Xunta. La Marcha Mundial das Mulleres -con varias activistas presentes ayer en Verín- anunció esta semana que presentará una denuncia penal por la desprotección de la mujer y los "fallos de los resortes del Estado".