-Los agentes le pidieron sus datos, tiene algún temor de lo que puede pasar.

-No sé cómo será el procedimiento, y si hubo desobediencia. Daré cuenta de mi actuación en dónde sea necesario, incluso en el juzgado, pero la realidad es la que es.

-Y sobre su futuro ¿Se plantea dejar la política?.

-(Risas). Por esto, desde luego que no. Está claro que en estos tres años, cosas como la del viernes, y alguna más, dan mucho asco. A mí me gusta trabajar en la Escuela de Música, es un ambiente totalmente diferente. Me lo tendré que pensar. Lo que tengo claro es que es necesario sacar a gente como esa, el alcalde o Áurea Soto, de la vida pública.

-¿Qué puede pasar en el año que queda de mandato?

-No sé. Pero con está gente -por el gobierno socialista- todo es posible. El alcalde y su grupito de ediles, si tuvieran algo de decencia, se habrían marchado.