Máximas de 38 grados e indicios de una mano delictiva elevaron la alerta ayer en las comarcas de Laza y Verín. El calor extremo devolvió al monte la cruda realidad de los incendios del verano. Dos fuegos registrados a la hora de comer obligaron a intervenir con celeridad a efectivos municipales, bomberos y medios de la Xunta, por tierra y por aire, para evitar mayores daños ambientales y despejar el riesgo para bienes y personas.

El fuego se aproximó a viviendas de una urbanización y rodeó dos explotaciones ganaderas en las localidades de Cabreiroá y Ábedes, en el entorno de Verín. Cuatro bomberos de esta localidad protegieron el perímetro de dos explotaciones. Las llamas rondaron una explotación de terneros. Han ardido, entre superficie forestal y agrícola, más de 20 hectáreas de monte en este incendio, según las primeras estimaciones de la consellería de Medio Rural. Participaron siete brigadas forestales y desde el aire, cuatro helicópteros y cuatro aviones. Poco antes de las diez de la noche, la Xunta lo dio por controlado.

La situación también fue preocupante en Laza, a unos 20 kilómetros y en el distrito más propenso a sufrir incendios de Ourense. Según relató Europa Press, agentes del equipo Especializado de Investigación de Incendios Forestales (EIIF) de la Guardia Civil peinaron el monte entre las aldeas de Soutelo Verde y Castro -conocido como Val das Cobras y con pinos de hasta 30 años- donde las llamas mantuvieron en vilo a los vecinos. Se busca a un pirómano. El fuego comenzó a las 14 horas en dos puntos cercanos a una carretera y una pista forestal, lo que apuntala las sospechas de intencionalidad. Las primeras casas se encontraban a unos 200 metros del terreno ardiendo. El fuego y la humareda se aproximaron además a la autovía A-52. Agentes de Tráfico permanecieron en la zona por si fuera preciso cortar la circulación.

El alcalde: "Es intencionado"

"Alguien tuvo muy mala idea", resumió el alcalde de Laza, Ramón Barreal, a EP. Hace mes y medio la misma zona registró una tentativa. "Ha habido una intencionalidad clara". El regidor del PP, responsable además de bomberos, mostró críticas al distinto peso de las administraciones en la lucha contra el fuego. Según el Pladiga de este año, en Ourense se han recortado 95 efectivos para la temporada de alto riesgo (desde el pasado 1 de julio hasta el 30 de septiembre) y hay 16 brigadas menos. De los 1.705 efectivos del año pasado se pasa a los 1.610 de este verano, recortando la contratación a través de medios propios para potenciar la entrada de brigadas municipales y comarcales a través de convenios con los ayuntamientos y los parques de bomberos. "Somos los propios concellos los que estamos solucionando los problemas", subrayó Barreal.