Un camionero portugués de 30 años de edad falleció ayer en el interior de la cabina del vehículo frigorífico en el que viajaba tras volcar y posteriormente empotrarse contra una valla quitamiedos en O Piñeiral, Concello de San Cibrao das Viñas (Ourense). La víctima, S.B.M, natural de las proximidades de Chaves (Portugal), transportaba congelados entre Porriño y Madrid y realizaba este trayecto a diario.

El accidente tuvo lugar sobre las 15.00 horas en el kilómetro 224, en la rotonda de acceso a la autovía A-52 desde Ourense en dirección a Madrid, cuando el conductor pretendía dejar esta vía para acudir a un taller de un polígono industrial cercano con el fin de arreglar la batería, según afirmó el propietario del camión, José Manuel Caride.

La mercancía que se encontraba en el interior del camión, unos 18.000 kilos de congelados, se mantuvo en el remolque, ya que la puerta no se llegó a abrir. Varios testigos coincidían en señalar que la carga no quedó liberada, ya que la puerta del tráiler parecía antigua, y por tanto, más resistente que las modernas.

Al lugar de los hechos se desplazaron miembros de Protección Civil de Barbadás, la Guardia Civil de Tráfico, los bomberos del Polígono de San Cibrao das Viñas y de Ourense y una ambulancia medicalizada, que intentó asistir al conductor, pero finalmente no pudo hacer nada por salvar su vida. Los efectivos del cuerpo de bomberos de Ourense trabajaron durante aproximadamente dos horas y media para conseguir excarcelar el cuerpo sin vida del camionero. Fue necesaria la intervención de una grúa de gran tonelaje en las tareas de liberación del cadáver, que se trasladó al escenario del accidente tras comprobar la dificultad de la operación de excarcelación, ya que el vehículo quedó volcado sobre el asfalto.

El tráiler taponó el acceso a la autovía durante unas tres horas, por lo que el tráfico fue desviado por la N-525 en dirección a Madrid.

El propietario del camión, que pertenece a la empresa Transportes Caride, de Maside (Ourense), indicó que este vehículo transportaba 18.000 kilos de productos congelados en la ruta Porriño-Madrid, trayecto que el conductor fallecido realizaba a diario. Un equipo de Inspección de Transportes supervisó las tareas de valoración de la mercancía para comprobar si era apta para el mercado.