Los vinos blancos "Divino Rei", de las bodegas Castro Rei, en el apartado de bodegas; "Terra Minei", de Francisco Fernández, en el de colleiteiros, y "Viña do Avó", de Antonio Cajide, en tintos, recibieron ayer el máximo galardón de la Feria do Viño del Ribeiro, que en la tarde de ayer cerró sus puertas superando el número de asistentes de ediciones pasadas.

El cambio de fecha y de ubicación, volviendo a la Alameda de Ribadavia, y el buen tiempo fueron elementos esenciales del éxito, aunque, según la organización, la calidad de los vinos fue, sin lugar a dudas, el mejor atractivo de una feria que pretende ser el exponente de los caldos de la denominación de origen más antigua de Galicia.

La feria también fue lugar para hablar del futuro de O Ribeiro y en el horizonte vuelven aparecer los problemas con los contratos homologados y, en concreto, con la recogida de la variedad "jerez", que está amparada por el Consejo Regulador.

La no inclusión en los contratos homologados es objeto de crítica por parte del Partido Popular, que critica la actuación de la Consellería de Medio Rural, que "impulsa" sólo el de las variedades autóctonas.

El conselleiro Suárez Canal dijo tenerlo claro: "Se trata de un acuerdo entre productores y transformadores en los que no podemos intervenir. Es cuestión de las dos partes".

Y de nuevo proclamar que la apuesta de su departamento es por la calidad, de ahí la puesta en marcha de un plan que tiene como pilar básico de actuación la reconversión del viñedo. "Es la línea en la que estamos trabajando", afirmó, al entender que el futuro del Ribeiro "es el vino de calidad vinculado a un territorio y a unas variedades nobles".