Las 22. 50 horas del martes y en la sede del Grupo de Emergencias de Cangas se recibe la llamada de un particular y del Distrito Forestal. Era conveniente que se acercaran a Herbello, en Aldán, para comprobar una alerta. Estaba de guardia Cesáreo Coya, que se desplazó sin ruido de sirenas en el camión viejo hasta el punto del que se daba de referencia. De inmediato se encontró con un fuego bravo en el monte situado encima de la residencia geriátrica. En esa situación también se encontrón la patrulla de Seprona de la Guardia Civil y también el operario de la grúa municipal, que estaba en el punto en su condición de vecino. Entre los cuatro extendieron cuatro mangueras de entre 20 y 25 metros de largo en un monte con una pendiente del 7% y lleno de restos de cortas, lo que dificulta más la tarea de extender las mangueras.

El primer objetivo que se propusieron fue cortar el flanco derecho del incendio en este monte arbolado y lleno de eucaliptos. No soplaba el viento y el fuego, aunque pavoroso, no avanzaba demasiado rápido. Había una cosa a favor de esta fuerza combinada de cuatro personas: no soplaba viento. Aún así, fueron incapaces de llegar la cabeza del incendio que quedaba a 30 metros de distancia. Alrededor de las 11.30 horas llegan los primeros refuerzos: el segundo camión del Grupo Municipal de Emergencias y efectivos de la Policía Local de Cangas. La lucha contra el fuego era intensa. Había que evitar que se propagara porque entonces se dirigía a Darbo y a Vilariño, tomando unas dimensiones mayores. A las 12.20 horas llegaron los efectivos de Medio Rural y también los bomberos del Parque Comarcal. Dos agentes, seis brigadas y cuatro motobombas fueron desplazadas a sofocar este incendio que estuvo controlado a las 04.00 horas de la mañana y que quemó 1,1 Hectárea. Hasta el mediodía de ayer estuvieron efectivos de Medio Rural y alumnos de cuantificación de incendios forestales enfriando la zona. Protección Civil Cangas estuvo allí con nueve operarios.

No hay huellas, ni pruebas aplastantes, pero la ausencia de cables de tendido eléctrico o telefónico y el nacimiento del incendio sí aportan datos suficientes para que el jefe del Grupo Municipal de Emergencias del Concello de Cangas, Cesáreo Coya, concluya que se trata de un incendio forestal intencionado, calculado con detalle. Incluso llega a manifestar que el incendio que hubo en la tarde del martes en el Balcón do Rei, y que por la noche también se reprodujo, son obra de una misma persona. "Nos la va a jugar, nos la va a jugar. Va a esperar que haya viento del norte y volverá a actuar". Así de contundente se manifiesta este trabajador municipal. Efectivos de Seprona y de la Policía Local de Cangas estuvieron patrullando la zona y preguntando a los vecinos si habían visto algo raro.

Fue un incendio difícil de controlar porque la pendiente del 7% dificultaba el "tirar" mangueras y los efectivos tropezaban una y otra vez con los restos de las cortas, que se volvían peligrosos e impedían avanzar al ritmo que se necesitaba. "Después, pasamos de día para comprobar el terreno y nos echamos las manos a la cabeza. Aún no nos explicamos como nadie se rompió una pierna", señala Coya.

El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, manifestaba ayer que situaciones como la de ayer, en la que los efectivos del Parque Comarcal de Bomberos, estaban desplazados a Salceda de Caselas, obligan al Concello a sacar las castañas del fuego, nunca mejor dicho. " E se nos nega outro camión".