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Urbano Lugrís ocupa su espacio en el Museo Massó

La colección permanente incluye desde ayer una unidad expositiva vinculada al artista y a su trabajo con la empresa conservera

A la izqda., la portada del Anuario de Vigo de 1968. A la dcha., el anagrama de su papel de carta. // U.Lugrís

Estaba previsto que fuese durante el mes de enero, pero finalmente se adelantó unos días. El Museo Massó inauguró ayer una nueva unidad expositiva dentro de su colección permanente, un espacio dedicado a uno de los artistas que mantuvo una relación más estrecha con los Massó: Urbano Lugrís. La estrella de este nuevo contenido es una adquisición formalizada hace apenas un mes: un boceto final realizado por el artista para una campaña de publicidad comercial de Pescanova. La obra resulta de un gran interés puesto que es un trabajo que se fecha en 1972, apenas un año antes del fallecimiento del artista.

Esta nueva unidad expositiva está situada en la planta baja, en el espacio dedicado a la antigua conservera de los Massó. Urbano Lugrís no está solo en este entorno. "Es un contenido que está vinculado a la relación de los Massó con los artistas, entre los que sobresalen Federico Ribas, Xoán Piñeiro y el propio Lugrís", explica la directora del museo, Covadonga López de Prado. Así, en este espacio se unen algunos de los diseños de Ribas para la fábrica, el busto de Gaspar Massó realizado por Xoán Piñeiro y el nuevo material que se incorporará de Urbano Lugrís.

Entre esas obras destaca especialmente el boceto diseñado para Pescanova en 1972. Lugrís había regresado a Vigo en 1964, sumido en una depresión tras el fallecimiento de su esposa, y durante esos años sobrevive gracias a encargos que le gestionan amigos y conocidos, como los Massó o el escritor José María Castroviejo, que era cuñado de los empresarios conserveros. Entre esos trabajos está el diseño gráfico publicitario para la serigrafía de Álvaro Álvarez Blázquez, en los que se incluye el boceto que ahora se incorpora a la colección del Museo Massó. "Lugrís demuestra un dominio absoluto del lenguaje del diseño comercial: el uso de las tintas planas, la simplificación de las formas integrando el logotipo de la marca en una imagen sintética, con mucha fuerza, atractiva y fácilmente reconocible", explican desde el museo.

Este trabajo permaneció en la colección Álvarez Blázquez hasta que recientemente fue adquirida por la Galería Montenegro de Vigo, a quien ahora el Museo Massó compra este diseño. "La incorporación de esta obra, en la que confluyen la autoría de Lugrís con el diseño comercial, tiene múltiples lecturas dentro del discurso del museo porque está vinculada con el mundo empresarial del sector pesquero, agrega su firma a una excepcional colección de diseño industrial y porque tenemos la convicción de que Lugrís debió realizar algún diseño para Massó, una tesis en la que estamos trabajando", explica Covadonga López de Prado.

El mecenazgo y patrocinio de los Massó fueron claves para Urbano Lugrís. Gracias a la intermediación de Castroviejo, Gaspar y José María Massó acogieron al artista bajo su protección. Primero durante algunos años en Bueu y luego en Vigo, mientras realizaba varios encargos para los empresarios: la capilla de Santos Reis, el Políptico de la Navegación y numerosas pinturas en las que hay una implicación clara de José María Massó, que además era alcalde de Bueu. De hecho, la capilla de Santos Reis es un encargo del ayuntamiento.

Entre los encargos que recibió durante su estancia en Bueu, durante la década de 1940, fue la decoración del comedor de las empleadas con una serie de seis lienzos, de los que tres son de gran formato; el diseño de las casetas de Massó en las ferias de alimentación y el montaje del pabellón de los museos en la Feria del Mar de 1945.

Esta relación también fue crucial para Lugrís por otra razón: el acceso a la colección de historia de la navegación y a los libros de la biblioteca antigua, muchos de ellos con grabados, de los Massó le permite al artista configurar su particular iconografía.

El Museo Massó conserva cinco de los seis lienzos del comedor de las empleadas, la serie de bocetos de la capilla de Santos Reis (propiedad del Concello de Bueu, depositada en el museo), anuarios de Vigo y libros con portadas del artista, una carta de Lugrís dirigida a Antonio Massó, el anagrama del papel de carta que utiliza el artista y fotografías. "Todas estas obras y documentos pertenecieron o tienen su origen a partir de la iniciativa de la familia Massó y desde ahora se pueden ver en esta nueva unidad expositiva", señlala Covadonga López de Prado.

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