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La reyerta del mercadillo cumple tres años pendiente de que Pontevedra fije el juicio

-En noviembre de 2017 el juez decretó la apertura de juicio y el fiscal presentó escrito de acusación -Los continuos cambios de letrados y procuradores por parte de los Morones retrasan el proceso

La Guardia Civil, vigilando el mercadillo momentos después de la reyerta en octubre de 2015. // Gonzalo N.

Cuando está a punto de cumplirse un año desde que el titular del Juzgado Número 3 de Cangas, David Pérez Laya, decretó apertura de juicio oral contra doce personas involucradas en la reyerta multitudinaria entre vendedores de clanes gitanos (Morones y Zamoranos) que tuvo lugar en el mercadillo de Cangas (hace tres años el próximo día 16 de octubre), aún no hay fecha para la vista oral. La novedad de estos días es que en Cangas ya acabó la instrucción de esta causa que tiene 2.414 folios y que ya pasó al Juzgado de lo Penal de Pontevedra, como lo indica el nuevo nombramiento del nuevo procurador de Consuelo Giménez.

Las peticiones de Fiscalía ya se dieron a conocer en noviembre de 2017 (13 años y 6 meses de prisión para Sinaí Giménez;10 años y 6 meses para su hermana Consuelo; y 3 años y 6 meses para los líderes de los gitanos castellanos) y la mayoría de los abogados de las partes ya presentaron escrito de acusación y también de defensa. No obstante, el continuo cambio de letrado y procurador por parte de los acusados del clan de los Morones hace que aún falten por presentar escritos de defensa, lo que lastra este procedimiento de manera que tres años después de los hechos aún no hay fecha para el juicio oral y la mayoría de los abogados desconfían que pueda tener lugar en lo que queda de 2018.

El conflicto gitano entre clanes -Morones y Zamoranos- había provocado ya el famoso éxodo de 2014, cuando cuatro pastores evangélicos fueron desterrados por el clan que lidera Sinaí Giménez. A pesar del intento de la Fiscalía, la fractura entre ambos clanes jamás se cerró y en los mercadillos se incrementaba el recelo de los zamoranos, que empezaban a mostrar su desacuerdo y a levantar la voz contra la familia de los Morones.

Estas desavenencias se escenificaron en el campo de batalla que fue el mercadillo de Cangas esa mañana del día 16 de octubre de 2015, cuando por una cuestión de metros en un puesto de venta el líder de clan de los Morones, Sinaí Giménez, acabó con un golpe en la cabeza y con su madre, Flora Jiménez, también golpeada. El líder de los Zamoranos, Enrique León, también fue alcanzado por una barra de hierro, de esas que se colocan en los puestos ambulantes. Ese día Sinaí Giménez manifestó: "Esto va a tener consecuencias muy graves y aquí puede haber muertes".

El 21 de octubre de 2015 el conflicto tocó techo cuando un zamorano resultó herido de un disparo cuando viajaba en su furgoneta por Valladares. Los autores no fueron localizados. El suceso tuvo lugar después de salir del mercadillo de Coia. A partir de ahí, los mercadillos de varios municipios de la provincia se cerraron y en Cangas, cuando se retomó la feria, se celebraba bajo una intensa presencia policial, tanto por parte de la Policía Local como de la Guardia Civil.

Desde entonces, los implicados en la reyerta no pueden montar sus puestos en el mercadillo de Cangas.

El alcalde Xosé Manuel Pazos (ACE) aprovechó un artículo de la ordenanza municipal para impedir que los imputados volvieran a instalar un puesto de venta ambulante en el mercadillo de Cangas. Desde que Sinaí Giménez salió de la cárcel de Asturias, donde estuvo en prisión preventiva como imputado en varios delitos, los Morones intentan volver al mercadillo de Cangas. Acusan al alcalde de hacer diferencias entre ellos y los zamoranos, a los que sí, dicen, que permiten montar los puestos. Precisamente el Juzgado de Cangas archivó una denuncia contra el regidor por esta causa, archivo que recurrió la nueva letrada de Sinaí Giménez.

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