La traída de aguas de Meira-A Torre es una de las obras sociales más importantes de la parroquia moañesa, tal y como reconoce el actual presidente de la comunidad de usuarios, Pepe Sequeiros, que organizó un homenaje a los 13 fundadores que hace 46 años la pusieron en funcionamiento y a las personas que trabajaron en el proyecto. Los actos de homenaje se desarrollaron en la tarde-noche viernes, con un recital a cargo de las integrantes de la Asociación de Mulleres, Concha Trigo y Ana Blanco, acompañadas por el músico Paulino Fontenla con su arpa; charlas y el encendido de un arco con forma de torre en el monte del mismo nombre, el mismo que albergó hace unos años la silla gigante que dio la vuelta a España.

Tras el recital, hubo una charla de varios miembros de la traída para explicar su recorrido y se hizo memoria a través de la intervención del único superviviente de aquellos 13 hombres que el 30 de enero de 1972 constituían, ante el notario de Cangas, la comunidad de aguas. Manuel Currás Gayo “Roque”, recordó que la traída se iba a poner en marcha para unas pocas casas, pero los vecinos se fueron enterando y propusieron una traída para todo el pueblo. Hoy da servicio a 409 viviendas.

Ha pasado casi medio siglo desde aquella fundación y Pepe Sequeiros se da cuenta de la importancia de la obra cuyos responsables siempre se sintieron muy orgullosos. Los fundadores de aquella traída, además de Manuel Currás, fueron Lino Castilla, Eugenio Currás Vázquez, José Gallego Collazo, Manuel Pereiro Pidre, José Sousa Figueiras, Manuel Chantada González, Manuel Martínez Cao, Manuel Álvarez Meira, Severino Santiago Fernández, Manuel Gómez Santiago, Cándido Gutiérrez del Río y José Durán Santiago.

En el acto del viernes y que mañana tendrá continuidad con una andaina por los manantiales, también intervino Manuel Currás Meira que se refirió a la ampliación de la comunidad, unos 10-15 años después de su puesta en marcha, debido al aumento de la demanda. Se buscaron nuevos manantiales, se construyó un depósito nuevo y se amplió la red.

La traída se abastece hoy en día, tal y como señala José Sequeiros, de 15 manantiales y areneros (arquetas donde se concentran las aguas de manantiales y se filtran) Entre estos, consta una mina, construida a finales del XIX-principios del XX por un portugués en la zona baja de Fonteluceira, que mide 35 metros y que es visitable: “Es toda una aventura recorrerlo con una linterna”, asegura. La intención hubiera sido poder entrar en esta mina durante la andaina de hoy, aunque por falta de tiempo lo que se hará es que la gente que quiera conocer la mina se anote y acuda otro día.

Este manantial de Fonteluceira es para Sequeiros uno de los más curiosos de la traída. Además de la mina en su parte baja, en lo más alto es el más grande, con mucho caudal. Antiguamente eran las aguas para los regantes. Hay que recordar que la traída generó en su fundación un conflicto social con los regantes que derivó en enemistades que se prolongaron durante años.

En el homenaje, en el que también hubo tirada de fuegos y se encendió un arco en forma de torre en el monte da Torre. Sequeiros informó de las últimas obras de mejora de los manantiales de Escada, Fontelugosa y Fonteluceira, que fueron baldeados con agua a presión, alicatados con azulejo en su parte interior y pintados exteriormente. También se colocaron vallas para evitar el acceso de animales y se mejoraron las caídas de aguas exteriores.

La traída cuenta con una red de 9 kilómetros, entre los 3 de distribución y los 6 de bajada desde el monte, que siempre hay que poner a punto. El presidente de la comunidad asegura que se seguirán acometiendo las obras necesarias de mejora.