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Consecuencias de las obras del Corredor

Dragados plantea varios niveles de barreras para atajar los desprendimientos de piedras en Meira

Vecinos afectados estudian el plan de seguridad, antes de permitir que se retomen los muros para construir la futura autovía en la zona de O Caeiro -Nuevos atascos de hasta 40 minutos al mediodía y a media tarde en varios puntos de la PO-551

La reunión de ayer en la que la constructora presentó el plan. // G.N.

La primera semana laboral desde que se cerraron al tráfico los primeros seis kilómetros del Corredor do Morrazo por las obras de desdoblamiento concluyó ayer con nuevas retenciones de varios kilómetros. Eso sí, se adelantaron a la hora habitual y los peores problemas se produjeron al mediodía y a media tarde, entre las 17.00 y las 19.00 horas, cuando muchos trabajadores de la comarca regresaban de Vigo. Los conductores tardaron una media de unos 40 minutos en recorrer los tramo con mayores problemas. Y ello pese a que ya se empezaron a aplicar algunas de las medidas para minimizar el cierre parcial del Corredor. En concreto, los semáforos del cruce de A Guía, en Meira, fueron ajustados a ciclos más amplios, de unos 110 segundos en verde para la carretera general. También se ajustó en este sentido el grupo de semáforos del cruce de Meira de Arriba, y este fin de semana deben quedar listos los del centro de Domaio.

Precisamente el primero de los tramos con atascos fue entre la rotonda de Domaio y los semáforos de esta parroquia. La zona de A Guía y los alrededores de la rotonda de Salitre fueron otros puntos en los que se concentraron los embotellamientos. Esta glorieta suele ser el epicentro de los atascos en Ramón Cabanillas, en la salida del barrio de O Rosal y en la propia PO-551.

Estas nuevas retenciones llegan el mismo día en el que la constructora del subtramo dos de la futura autovía, Dragados, avanza en las medidas para poder retomar por completo las obras tras suspender una parte por los peligrosos desprendimientos de piedras de gran tamaño que cayeron, ladera abajo, a unos 200 metros de viviendas en el barrio de O Caeiro.

Tras la exigencia de un plan integral de seguridad planteada por el Concello, después de que los vecinos diesen la voz de alarma, los técnicos de Dragados presentaron ayer las medidas que proponen para retomar estos trabajos con el menor riesgo. Lo hicieron en una reunión con el director de obra, el jefe territorial de Infraestruturas, representantes de los vecinos afectados, la alcaldesa y concejales de los grupos políticos de la corporación. Las obras en esta zona no se podrán retomar hasta que el plan de seguridad no cuente con el visto bueno de los vecinos afectados, que someterán su estudio a un técnico de confianza antes de tomar una decisión.

La propuesta de Dragados pasa por establecer varios niveles de barreras que contengan los posibles desprendimientos durante las obras. Además, los dos muros de piedra de las zonas más peligrosas se realizarán en bancales, lo que disminuirá también el riesgo que se corre.

La ampliación del Corredor en el subtramo dos -entre los enlaces de San Lourenzo y de Meira- requieren la construcción de cinco muros de contención sobre los que se asentarán los nuevos carriles. De ellos, cuatro se disponen sobre la cara sur, hacia el mar, y uno en el margen norte de la actual calzada.

Los que presentan riesgos de desprendimientos durante los movimientos de tierras "debido a las características del terreno", son los muros 3 y 5, sobre caminos vecinales y próximos a viviendas en la parte alta de Meira. Será ahí en donde se adopten las medidas de seguridad contempladas en el plan de Dragados, si finalmente se cierra un consenso con los vecinos afectados.

Además de los muros en bancales, la primera línea de contención consistirá en una barrera metálica tipo bionda doble, en el lado interior de la pista forestal sobre la que habían caído piedras de varias toneladas. En el lado exterior de dicho camino, para proteger de nuevo la zona de viviendas, contará con una segunda barrera metálica tipo bionda simple.

También se prevé, en otros puntos conflictivos, la instalación de una pantalla de protección contra caídas de rocas utilizando una malla de triple torsión, acompañada de una barrera metálica de tipo bionda simple.

Finalmente, cuando se retome la construcción de estos muros de contención, durante la actividad de movimiento de tierras, se realizarán cortes en la vía que va desde la "Estrada da Moureira" y cruza el corredor, así como en la pista forestal que conduce al paso superior. Impidiendo, por precaución, que ningún vecino acceda a la zona.

Los vecinos de Moaña están optando por utilizar viales secundarios e interiores, aunque estos caminos también presentan un tráfico denso a determinadas horas del día.

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