El estrecho umbral que separa la pobreza de la exclusión social y las consecuencias de la crisis económica fueron el eje central del ciclo de conferencias que desarrolló ayer el instituto A Paralaia, en Moaña. El activista de la coordinadora estatal de lucha contra el paro, la pobreza y la desigualdad "Baladre", Manolo Sáez Bayona, impartió una lección social a los alumnos de secundaria y bachiller, que también formaron parte crítica de una charla en la que se se analizaron alternativas para lograr una sociedad sin crisis.

-- ¿Otro mundo es posible?

- Desde luego. Es posible y es deseable. Si a menudo no nos hacemos a nosotros mismos esa interpelación estaríamos cerrando el camino a muchas generaciones y pueblos. No es tanto que pueda ser, es que tiene que ser así y tenemos que partir de algo básico que es la persona. Tenemos que estar en el centro y desarrollar más trabajo y menos empleo. Y lo digo a propósito porque el trabajo implica relaciones humanas y satisfacer nuestras necesidades.

-Analizando la evolución social de los últimos años, ¿usted veía venir la crisis?

-Totalmente previsible. Solo había que analizar la locura del efecto ladrillo, hubo años en que se consumía tres veces más cemento en España que en Alemania, Francia e Italia juntos. Lo que sucede es que se prioriza el beneficio y existe una depredación y mal uso de los recursos naturales.

-- ¿Hay una solución para la crisis económica?

-- Tenemos que intercambiar y compartir, apoyarnos. La solución está en nuestras manos. No podemos producir alimentos para el mundo, hay que orientar la producción y reducir las necesidades. Hacernos la pregunta: "¿Qué necesitamos?". Y debemos hacerlo ya porque vamos hacia una situación más caótica.

-- ¿Al hablar de caos piensa en desahucios ?

- Exacto. Existen soluciones como la renta básica de las iguales que consiste en un ingreso individual, universal, incondicional y suficiente en su cuantía y que permite a los seres humanos desarrollar una vida con dignidad. Esta media se podría implementar mañana. Hoy más que nunca esta renta debería ser un derecho por el simple hecho de vivir, debemos responsabilizarnos en primer lugar de nuestras vidas.

-- ¿Qué siente al ver las elevadas cifras de desempleo?

- Lo más triste es que cada cifra es una persona o un drama y la solución que se ofrece es perversa. Se da una bolsa de comida a personas con el autoestima roto y a la vez se posibilitan pagos a grandes productores de alimentos.

-- ¿Cree que la sociedad es egoísta?

- Por supuesto. La sociedad actual es la consecuencia de los intereses de una minoría. El mercado y los intereses privados ganan la partida a la gente, a la humanidad. De momento el partido de la vida va así, pero no quiere decir que quede así.

-- ¿Existe esperanza en la gente joven?

- Claro que sí. En la gente joven y en todos. Mientras tenemos vida tenemos que hacernos responsables. Al acudir a un instituto como Paralaia surgen preguntas entre los jóvenes y de ellas salen las búsquedas y, a su vez, las posibilidades.