La Consellería de Culturas y Turismo tiene ultimada la licitación de las obras en la iglesia de Ventosa (Agolada). La bautizada por Filgueira Valverde como la "catedral rural de Galicia" fue restaurada por última vez en el año 2000 y ahora es necesario reparar los daños ocasionados por el paso de casi dos décadas que dejan, principalmente, problemas de filtraciones y humedades. Así, tras concluir la redacción del proyecto previo, la obra se encuentra ahora a punto de ser licitada por el organismo autonómico con un presupuesto de casi 50.000 euros.

En esta nueva intervención, que dará continuidad a la llevada a cabo en el 2000, se realizarán siguientes actuaciones encaminadas a drenajes perimetrales. En los estudios previos se aprecian restos de humedad en el suelo provocados por la condensación por escasa ventilación y por las filtraciones del terreno a través de los parámetros del suelo exterior. La solución que se plantea es la de crear un sistema de drenaje que complemente el anterior y que permita dar una mejor cobertura a la recogida de aguas superficiales mediante una canaleta perimetral aprovechando la pendiente natural del terreno. Ésta se instalará en las zonas de la fachada norte, este y parte de la oeste dejando descartada la sur debido a la gran cantidad de sepulturas adosadas a los paramentos de la iglesia.

En la techumbre, se detectaron humedades que proceden de las filtraciones a través de los faldones de la cubierta que comprometen la conservación de los elementos con mayor valor cultural que se corresponderían con la colección de esculturas medievales que alberga el templo. Se concentran, en su mayor parte, en los encuentros de los faldones de las cubiertas con las coronaciones pétreas de los muros de la fachada principal y en la zona de la espadaña, afectando así al interior de la portada románica y al interior de la nave. Estas filtraciones están afectando a los murales interiores provocando las alteraciones cromáticas, así como a la conservación de elementos decorativos que presentan biodepósitos y pérdidas de volumen. En la actuación se incluye, como solución, el levantamiento de las tejas, que serán recolocadas cuando acabe la obra, para limpiar y sanear la zona para introducir una lámina de zinc que impermeabilice la cubierta, para mantener unas condiciones climáticas estables que propicien una adecuada conservación del bien. Las filtraciones en la cubierta afectan también a sacristía, donde hay humedad. Se levantará la teja para introducir una lámina de zinc que cubra más longitud que la pieza actual. Se trata de una solución que ya se aplicó a otros bienes inmuebles de la comunidad como la iglesia de San Martiño de Cores (Ponteceso). Esta intervención en la cubierta se completará con la mejora de la ventilación en las cornisas y en la cima de la cubierta.

Carpintería

Las obras también incluyen diversas intervenciones sobre la carpintería del tiempo que se vio afectada por el paso del templo y el efecto de la climatología. Así, se repararán las piezas que están en mejor estado como la puerta principal de la fachada oeste o norte y se sustituirán las que se encuentran peor conservadas, como la puerta de la fachada sur, que sufre un mayor deterioro. Se cambiarán las ventanas del templo que, acusando el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, presentan un estado defectuoso. Los trabajos se completan con las actuaciones manuales de limpieza y encintado que permitirán eliminar la vegetación de la fachada y recuperar los elementos pétreos, prestando especial cuidado a las cornisas.

La iglesia agoladesa es originaria del tardorrománico rural gallego y cuenta con una estructura románica que no se conserva completa porque fue modificada su cabecera a finales del siglo XIX.