Fuentes vecinales trasladaron ayer el temor que existe en diversas parroquias de Vila de Cruces ante el hecho de que la sucursal de Abanca en Ponte Ledesma continúe cerrada. Indican que se cerró al público durante el confinamiento, dejando solo el cajero, pero todavía continúa sin prestar atención a los clientes. Subrayan que muchos vecinos del entorno -en numerosos casos de edad avanzada- no tienen banca electrónica e, incluso, carecen de tarjeta, por lo que no le queda otra que acudir a la oficina. Las dos opciones más próximas -Vila de Cruces o Lestedo- están a 18 kilómetros. Temen un cierre definitivo y subrayan que muchos vecinos aguardaban la apertura para protestar por las nuevas comisiones.
Por otro lado, el PSOE de Cerdedo-Cotobade pide que la oficina de Carballedo abra más de dos horas al día.
