La previsión de borrasca mermó el poder de convocatoria de la undécima etapa del Camiño de Inverno que, organizada por la Asociación Amigos do Camiño Lalín-Deza, partió de la cabecera comarcal dezana y remató en Silleda. Con todo unos 40 de los 80 inscritos comparecieron en la Praza da Igrexa lalinense a primera hora de la mañana para completar el trayecto en una jornada que finalmente no resultó desapacible para dar un paseo dominical.

Desde la organización se destacó la implicación del Concello de Silleda. Su responsable municipal de Cultura, Mónica González, fue una de las personas que no quisieron perderse el trazado de una ruta jacobea que entra en la comarca a través de Rodeiro y que ya en Lalín enlaza con la Ruta da Prata para continuar hacia Compostela por tierras silledenses.

El albergue de peregrinos de A Laxe (Bendoiro) fue el primer punto de referencia después de atravesar, desde Lalín, el Paseo do Pontiñas. Algunos participantes lamentaron que tuviesen que sortear los restos de ramas que había en el trazado oficial a su paso por el parque empresarial Lalín 2000. Las podas realizadas días atrás ocupaban la entrada al camino que, desde este punto, conecta ya con el albergue. Una imagen poco edificante para el turismo y la promoción del propio Camino de Santiago. Los caminantes prosiguieron su ruta en dirección Prado para alcanzar, en Ponte Taboada, el límite territorial entre Lalín y Silleda que marca la frontera natural del río Deza. La iglesia de Taboada o el Pazo de Trasfontao, ya en Trasdeza, fueron otros de los atractivos para los participantes.

Las siguientes etapas previstas serán los próximos días 15 y 29 de este mes. Además del colectivo de amigos del Camino de Santiago por la comarca, en la organización de estas iniciativas de difusión de las rutas jacobeas toman parte la Asociación de Empresarios de Deza (AED) y el colectivo Roteiros de Lalín, quienes agradecen el apoyo de todas las personas que acudieron a la etapa de ayer.