Saltar sobre los charcos de agua, hacer bocadillos de lentejas o gritar de emoción hasta romperle los tímpanos al resto de la familia. Y disfrazarse. Son cosas que, cuando ya somos adultos, si volvemos a repetirlas nos sentimos otra vez en plena infancia. Y desde ayer hasta el miércoles no solo está permitido, sino que debería ser obligatorio, ponerse un disfraz y cambiar de personalidad por unos días, al menos hasta el miércoles.

Es la receta que se sirvió ayer en todos los centros educativos y también en varias residencias para personas mayores, ya que entramos en el fin de semana del Entroido. Por solo citar a a algunos, en la escuela unitaria de Donramiro, tras un arduo trabajo de investigación con sus maestras sobre los carnavales tradiciones, cada uno de sus 20 alumnos diseñó una máscara inspirada en su personaje favorito, a base de papel y cartón. La comitiva disfrutó de una degustación de postres típicos de estas fechas en la carballeira do Montserrat con los padres. El CEIP Pío Cabanillas Gallas usó el lema "No rural moito traballamos e qué ben o pasamos", para representar oficios propios de la zona, como apicultor, ganadero, veterinario o mecánico de tractores. Los profesores representaron estos oficios y los alumnos iban vestidos de abejas, vacas, tractores y también peces. Los estudiantes de Agolada, por su parte, hicieron un desfile inspirado en las vestimentas típicas de India, China y otros países, mientras que el instituto Pintor Colmeiro, de Silleda, inspiró sus disfraces en las coreografías de música más populares del siglo XX.

Hubo música, también, en el Xantar Baile de Entroido que celebraron los mayores de Silleda en el restaurante Coteliño. En la comida estuvieron presentes las concejalas de Cultura, Mónica González; de Benestar Social; Ángela Troitiño; y de Urbanismo, Pilar Peón. Las residencias para personas mayores, como la de Nosa Señora das Dores, de Lalín, celebraron la llegada del Entroido con una fiesta en la que también se festejaron los cumpleaños del mes, como José Diéguez, con 102 primaveras.