El PSOE de Lalín advierte de que la situación del colegio Sagrado Corazón es más que preocupante y urge medidas de las partes implicadas en el conflicto para garantizar la viabilidad de la veterana institución educativa, máxime cuando en febrero se abre el plazo de matrícula para el próximo curso y los padres viven con la incertidumbre de saber si sus hijos podrán continuar en este centro o tendrán que irse a otras localidades.

El edil socialista Cristóbal Fernández Vázquez dio algunas de las claves para lo que, entiende, debe ser la hoja de ruta a seguir. Además de conminar a la propiedad del colegio a presentar de inmediato la solicitud de concurso de acreedores, cuestiona el silencio de la Consellería de Educación, departamento al que exige un pronunciamiento, tanto en cuanto el Sagrado es un centro que depende del concierto autonómico y que sin esta financiación no sería viable. Sobre el papel del departamento autonómico, recordó que este centro ya había superado un concurso de acreedores en 2008, con una deuda de 6 millones de euros, "cuatro veces más que ahora". Entonces Fernández era delegado provincial de Educación y vivió este asunto en primera persona, trabajando de manera coordinada con la administración concursal, hasta el punto que parte de la comunidad educativa ni era conocedora de la situación del colegio.

"La consellería tiene que dar respuesta", remarcó. A su juicio Educación tiene que salir a la palestra y aclarar qué salida se le dará a las familias en caso de que el centro tenga que cesar en su actividad. Construir uno nuevo o gestionar el traslado del alumnado a otros centros del rural lalinense son algunas de las salidas, pero en el segundo caso sería preciso reforzar el cuadro de profesorado, transporte o personal de comedor. Porque, también señaló su compañera Alba Forno, tanto el Manuel Rivero como el Xesús Golmar están saturados, algo que no acontecería con los de la ESO, que podrían matricularse en los dos institutos. El Sagrado suma ahora 10 unidades, cuando debería disponer de 12, pero la caída de las matrículas se debió, ya en el presente curso, a la incertidumbre sobre su futuro. Los socialistas se preguntan qué hizo la inspección educativa autonómica durante este tiempo.

Fernández subrayó que la prueba del nerviosismo que existe entre los padres se evidenció en la tensísima reunión celebrada anteayer, cargando de nuevo contra el todavía propietario por haber tenido el dudoso mérito de, pese a los esfuerzos y empeño del profesorado, de haber casi desmantelado el centro en tiempo récord. Otro asunto ni mucho menos menor es qué pasará con las 30 familias que tienen a sus pequeños en la guardería del colegio, sobre todo cuando en Lalín no hay plazas para matricular el próximo curso a los niños, ni en centros públicos ni privados. Forno dijo que hay familias que piensan empadronarse en concellos limítrofes para tener garantizada la escolarización no obligatoria y la posterior, mientras Lalín se juega bajar de los 20.000 habitantes.

"Burrada" de Crespo

Los socialistas dicen que las declaraciones del nuevo administrador independiente [a su juicio Félix Puime es el hombre de paja puesto por Pereira para lavar su imagen] sobre el plan del gobierno local para habilitar en la parcela del centro un parque público en caso de la desaparición del centro "fue lo que acabó de dinamitar las esperanzas de los padres". Fernández concretó que, si bien es cierto que este anuncio fue puesto en boca del alcalde, José Crespo, el mandatario no salió a desmentirlo. "Es una burrada", adujo, además de recordar que el suelo en el que se asienta el colegio tiene una catalogación urbanística como zona escolar y no puede destinarse, por ejemplo, a la creación de viviendas, como aconteció en el pasado con otro inmueble anexo al Golmar.