Los tres grupos de la oposición de Lalín dejaron solo al gobierno en el pleno. Esta medida fue la respuesta a la decisión del alcalde, José Crespo, de hacer valer un reglamento del año 2012 para condicionar la comparecencia de su edil de Política Social, Paz Pérez, por la gestión del servicio de ayuda a domicilio. La presidencia pidió al proponiente, el nacionalista Francisco Vilariño, que lanzase una retahíla de preguntas, que luego serían respondidas por Pérez. Aunque luego planteó que tras un primer bloque de interpelaciones pudiese formular otras, en un principio supeditó las nuevas consideraciones al turno de ruegos y preguntas.

El cabreo de las fueras de la oposición fue monumental y los 10 ediles de Compromiso por Lalín, PSOE y BNG abandonaron el pleno entre críticas a la actitud dictatorial y las formas poco democráticas del mandatario. Máxime, cuando en el anterior mandato, tanto el exregidor, Rafael Cuíña, como varios ediles del cuatripartito no pusieron condiciones en unas comparecencias que, a su juicio, hubo casos en los que el PP las aprovechó para realizar "juicios sumarísimos".