-¿Cómo pasa factura el tabaco?

-La pasa en todos los sentidos en la salud. Aumenta el riesgo de enfermedades, como el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), el cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, los ictus,...; limita la salud y afecta a la mortalidad. Es uno de los factores de mayor impacto de la mortalidad en España y Galicia.

-¿Cuál es el porcentaje de pacientes en el área de Santiago con EPOC?

-Uno de cada cinco fumadores acaba desarrollando EPOC, aunque en algún caso, de tres fumadores, uno la padecerá. Esta es una enfermedad muy grave, que muchas veces no da síntomas o estos son muy pequeños. Pero cuando hay un paciente con síntomas respiratorios y con un consumo de tabaco alto es muy importante hacerle espirometría, porque si se detecta de manera precoz, el pronóstico será mucho mejor.

-¿Y cómo les influye a los fumadores pasivos?

-También hay un incremento de la mortalidad del tabaquismo pasivo. Tantos las leyes de 2005 como de 2010 redujeron el humo ambiental del tabaco, sobre todo en los espacios públicos cerrados, pero aún así hay un cierto porcentaje de humo pasivo, sobre todo en los entornos familiares. Y el tabaquismo pasivo contribuye a aumentar el riesgo de desarrollar en un futuro enfermedades pulmonares. Entre los niños pequeños, que todavía tienen los pulmones inmaduros, el hecho de estar expuestos al humo del tabaco aumenta ese riesgo de poder sufrir esas patologías.

-¿Considera que fueron las leyes antitabaco las que contribuyeron a la reducción del consumo?

-Creo que más que reducir el número de fumadores lo que hacen es proteger a la población pasiva, porque a raíz de la de 2005 sí que se observa una reducción, peor en la de 2010 ya no se nota tanto. Y sí existen otras medidas muchos más eficaces para que descienda la prevalencia del consumo, como subir los impuestos del tabaco, dar ayudas a los fumadores, financiar los tratamientos para dejar de fumar, llevar a cabo campañas de sensibilización... Claro que las leyes antitabaco consiguieron que la gente se motive e intente dejar de fumar.

-¿Qué hay que hacer para dejar de fumar?

-El tratamiento del tabaquismo se basa en dos pilares fundamentales: el asesoramiento psicológico y el tratamiento farmacológico, que demostraron su eficacia. Es necesario darle al paciente una serie de herramientas de ayuda para dejar de fumar como modificaciones de conducta, estilos de vida, que intenten sustituirlo por agua... Y hoy hay fármacos muy eficaces para dejar de fumar. Unos sirven para sacar el síndrome de abstinencia y otros, esa necesidad por momentos que tiene el fumador. Y contribuyen a evitar la recaída, tanto a largo como a corto plazo, y solo un 5 o 10% de los fumadores dejan de fumar sin tratamiento farmacológico.