El Partido Popular eligió el territorio "reconquistado" de Lalín para conmemorar el Día de Galicia, y no por casualidad. Su presidente puso al PP local y a su líder, José Crespo, como ejemplo del "optimismo e ilusión" necesarios para "reconquistar o mantener" la confianza de la ciudadanía. Apuntó que no existen fórmulas mágicas para conseguirlo, sino que se hace "trabajando a pie de calle, escuchando con humildad y con un proyecto realista e ilusionante". "Quien se acomoda pierde, quien está junto a la gente gana", sentenció, al tiempo que apostó por "seguir mirando al espejo de Galicia y de su gente para serles útiles".

Al son de la 'Muiñeira de Rubiás' fue recibido esta tarde Alberto Núñez Feijóo en el patio exterior del Pazo de Liñares, en donde le aguardaban alrededor de 400 militantes y simpatizantes del Partido Popular de Galicia, con su plana mayor al frente. El presidente reivindicó los más de treinta años de "galleguismo útil, cordial y constructivo" que, a su juicio, ejerce el PP para "defender y ampliar la autonomía, salir de la crisis y garantizar un futuro próspero".

El dirigente popular, que había depositado previamente una ofrenda floral ante la estatua que tiene en Lalín 'Balbino', el 'neno labrego' creado por Xosé Neira Vilas, abogó por no reducir el Día de Galicia a evocar "lo que fuimos", sino por aprovecharlo para "reflexionar sobre lo que queremos ser". Manifestó que la comunidad "está objetivamente llena de razones para mirar hacia adelante con ilusión y optimismo" y puso en valor la Galicia de hoy, que definió como "una tierra próspera, un buen lugar para vivir, con más riqueza que nunca, de la que ya no se van miles de gallegos, sino que recibe a millones de visitantes, que goza de estabilidad política, un valor a conservar en una España confundida, y que cuenta con un potente estado de bienestar".