Aprender a comer bien para evitar la obesidad que se ha convertido en los países desarrollados en la plaga del siglo XXI es el objetivo de la jornada sobre la dieta atlántica y su repercusión en la salud que tuvo lugar hoy en el colegio Pérez Viondi de A Estrada y en la que se dieron cita los 426 alumnos y todos los profesores del centro. La profesora de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Rosaura Leis y una nutricionista les dieron consejos a los escolares para comer adecuadamente y evitar que de adultos sufran diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Leis les presentó la nueva pirámide alimentaria que recoge la Guía de Alimentación Saludable, elaborada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y que se presentó ayer en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago. Entre las nuevas recomendaciones a los escolares figuran algunas que varían respecto a las de años anteriores. Así, por ejemplo, mientras que con anterioridad se aconsejaba practicar 5 horas de ejercicio a la semana, ahora se recomienda practicar ejercicio una hora al día. Asimismo, en la jornada - que pone fin al proyecto educativo de centro “Aliméntate ben” llevado a cabo este año por el colegio Pérez Viondi- se les aconsejó a los niños elegir fruta y queso o un yogur como merienda en lugar de bocadillo. Este solo lo deberían tomar a la merienda si realizan ejercicio. De lo contrario, es mejor prescindir de él y elegir fruta y lácteo. Esta es también la merienda más adecuada para las meriendas matutinas. A este respecto, la nutricionista que participó en la jornada se mostró disconforme con que en algunos centros no se le permita a los escolares tomar yogur de cuchara. Otros lácteos bebibles no son recomendables porque presentan exceso de azúcar o de grasas.

Y del abuso de ambos hay que intentar huir. Para mostrarles qué alimentos son más o menos adecuados, hoy en el Pérez Viondi se les dieron a los niños tarjetas de diversos colores. A los menos recomendables, les sacaron tarjeta roja. No obstante, para saber cuáles son idóneos y cuáles no, se abogó por mirar las etiquetas nutricionales.

Asimismo, se le aconsejó a los niños probar al menos un alimento en nueve ocasiones antes de decidir que no les gusta. Es necesario para acostumbrar el paladar a un elemento desconocido. Por otra parte, a los escolares se les retó a elegir los alimentos que debería llevar un menú saludable. Y se les corrigieron los errores detectados.