Siendo ya una realidad desde 1860, la villa de A Estrada experimentó un crecimiento muy acusado en pocas décadas entre finales del siglo XIX y el siglo XX. Así se recoge en la tesis de Juan Andrés Fernández Castro, que incluye en su parte final un estudio particular de la demografía de la villa.

Para elaborarlo manejó una documentación ingente. El apéndice documental y estadístico de la villa que incluye la tesis es fruto de un trabajo ímprobo, que le llevó a reconstruir la composición de las familias que había en A Estrada en 1752, contemplando nombres, apellidos, profesiones e hijos. Entonces había entre esa confluencia de Figueroa, Ouzande y Guimarei 40 familias.

Con la villa ya constituida en 1860, el crecimiento de su población fue exponencial a finales del siglo XIX y principios del XX. Si en 1887 tenía 1.105, en 1900 ya tenía 1.421; en 1910, 1.616; en 1920, 1.869; en 1930, 2.295; en 1940, 2.467; en 1950, 2.977; en 1960, 3408; y en 1970, 4964. Los datos hablan por sí solos. El crecimiento de A Estrada como villa no se nutrió exclusivamente de personas nacidas en el casco urbano sino que se alimentó de la inmigración de aldeas próximas y de municipios próximos como Arzúa, Sobrado (muchos vecinos de Sobrado dos Monxes venían como caseros), Vila de Cruces (concretamente de Carbia) y de Agolada.