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La Sareb finaliza la recuperación de la fachada del edificio de Loriga

-Solo restan detalles en el acceso por Molinera y otros remates - La obra fue requerida por el Concello bajo amenaza de multa

El inmueble recuperó su característica fachada y los ventanales de la primera planta. // Bernabé/Javier Lalín

A mediados del mes de diciembre del año pasado la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) comenzaba a realizar los trabajos encaminados a recuperar la fachada original de un edificio levantado por una ya extinta promotora local en la manzana que comprende las céntricas calles lalinenses Joaquín Loriga, Molinera y Rosalía de Castro.

El conocido como banco malo había asumido esta propiedad tras la quiebra de la constructora y al pasar también por manos de una entidad crediticia y tras años sin avances el Concello le requirió, bajo amenaza de sanción, el urgente comienzo de las obras oportunas para que este edificio recuperase su fachada primitiva, que en su parte principal da a la calle Loriga y su lateral a Molinera.

La Sareb encargó la ejecución material de los trabajos a la empresa Oreco y, aunque fuera del plazo requerido por la administración municipal, ahora el inmueble presenta un avanzado estado de renovación. Las obras están prácticamente rematadas y solo faltarían pequeños detalles en la estructura, así como la adecuación del portal principal de acceso al edificio, que, ahora se situaría por la calle Molinera. Atrás quedaron meses de arduo trabajo, una vez que como establecía la concesión de la licencia municipal de obra, el organismo estatal debía recolocar piedra a piedra cada uno de los elementos de la fachada original de la vivienda que tuvo a José Crespo y a su familia como últimos moradores. Precisamente fueron sus descendientes los que hace más de una década vendieron el edificio y los locales comerciales habilitados dentro de la misma manzana. En 2006 el proyecto avanzó pero poco después comenzaron los reveses. La quiebra de la constructora motivó que la propiedad quedase en manos de un banco que, en 2010 continuar con el proyecto constructivo encargándolo a otra empresa, hasta que el edificio pasó a la Sareb. En esta propiedad se habían proyectado 26 pisos de lujo y en la primera planta existe una superficie diáfana de casi 250 metros cuadrados.

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