Ayer arrancó la temporada de pesca sin muerte, así como la pesca de trucha en cotos intensivos, de modo que en zonas como Deza I o Carboeiro la temporada no arrancará hasta el 1 de mayo., el mismo día en que se abre la de salmón. La escasez de trombas de agua de los últimos meses motiva que los caudales de los ríos no sean excesivos, así que durante estos primeros días resultarán pescables.

La novedad de esta temporada, que se cierra el 31 de julio para la pesca con muerte y el 30 de septiembre en la modalidad de sin muerte, estriba en la reducción de capturas. Así, en los ríos y cotos cuyo tamaño mínimo de las truchas es de 19 centímetros, el cupo de 10 piezas por pescador y día pasa ahora a 6. En aquellos donde la medida mínima son 21 centímetros, el cupo también se redujo de 8 a 4. Ocurre algo similar con los reos: por pescador y día ya no podrán capturarse cinco, sino dos.

En Lalín, los pescadores acudirán a los ríos Arnego y Asneiro. El presidente de la Sociedad de Caza y Pesca, Julio Mariño, adelanta que si se afirma un anticiclón y caen heladas por la noche "habrá menos actividad, porque las piezas entran menos a engaños". Afirma que la temporada no se presenta muy optimista, "porque cada vez hay que cumplir más condiciones para que nos convenien los cotos, y a cambio recibimos muy poco", o incluso nada, si hablamos de la financiación para desbrozar caminos de acceso a los ríos. Una tarea que se cubre con lo que pagan los socios (35 euros por temporada si solo se es pescador, y 1 euro al día por el recibo para ir al coto). Mariño echa en falta una ayuda de la administración para estos trabajos de puesta a punto de entornos y cauces, algo que sí existe en Lugo o A Coruña gracias a sus diputaciones.

En Silleda, el presidente de la Sociedade de Caza, pesca e Tiro, Juan Agra, indica que tanto en las zonas de Taboada como Toxa sí hay truchas, "pero el reo no logra remontar río arriba debido a la presa de Saídres". Semanas antes del comienzo de la temporada, este colectivo limpió los accesos al Toxa, en el que pueden pescar en un tramo de 8,5 kilómetros y con un tope de 8 cañas por día. En agua del Deza, los silledenses tienen la posibilidad de practicar este deporte entre el puente romano de Taboada y la desembocadura de un riachuelo junto al polígono Área 33.

En cuanto al volumen de especies, no ocurre como con la caza: no se suele repoblar, aunque a veces sí se mueven ejemplares de una zona a otra con pesca eléctrica y siempre por parte de agentes de medio ambiente. Sin embargo, la presencia cada vez mayor de cormoranes o visón americano es una amenaza, como indica Mariño. De ahí que, por ejemplo, esté permitido pescar carpa y perca americana común en el pantano de Portodemouros, durante todo el año.

Tienen mejores perspectivas los ríos sobre los que pesca la Sociedad Deportiva Río Ulla. Su vicepresidente, Miguel Sande, asegura que de momento no se avistaron especies exóticas en los cotos de Rubín, Vea y Liñares. Muestra esperanzas en cuanto a los resultados de esta temporada, "porque los caudales van bien, no como otros años, que iban muy bajos, y además en febrero vimos bastantes alevines concentrados". Río Ulla dispone de 8 kilómetros de tramo tanto en Rubín como en Liñares, mientras que en Vea son unos 6. En cuanto al número de cañas por día, el colectivo dispone de 10 para Rubín, 8 para Liñares y 4 para Vea. Tiene el 80% de los permisos de pesca porque dispone de dos guardas que se encargan de garantizar que no se practica furtivismo. "Aún quedan pescadores furtivos, y ahora cada vez son más difíciles de pillar, por eso pedimos la colaboración de los socios a la hora de denunciar estas prácticas", apunta Sande. El uso de la telefonía móvil, por ejemplo, les permite a los furtivos avisarse entre ellos de la proximidad de los guardas.

Las expectativas de Rio Ulla se apoyan no solo en la escasez de especies invasoras y una buena densidad de alevines, sino también en que ayer en zonas como el coto de Souto de Vea permitió capturas de trucha de 29 centímetros. Los pescadores que más madrugaron fueron los que tuvieron más suerte, ya que el volumen de capturas se concentró a primera hora de la mañana. "Después, el aire norte enfrió bastante el agua y la trucha tendió a esconderse", relata Sande.

La convivencia con las tostas

En 2015, Medio Ambiente iniciaba la retirada de varias tostas (presas de viejos molinos) sobre el Ulla para favorecer la recuperación del mejillón de río. Otras construcciones, como las presas hidroeléctricas, dificultan el remonte de algunas especies. Es lo que ocurre, como decíamos, en Saídres con el reo. Sin embargo, las especies sí logran salvar la de la minicentral del Liñares, gracias a que tiene una escala.