Lo han bautizado con el nombre de Supraporous y el estradense Julián Bergueiro es uno de sus padres. Este nuevo proyecto de investigación transnacional, liderado por el investigador del CiQUS de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Javier Montenegro, se centra en los materiales porosos. Busca posibilitar un preciso control sobre el tamaño de estos poros utilizando de forma pionera nanopartículas de oro que se pueden interconectar para generar una especie de matriz funcionalizada que abre la puerta a multitud de aplicaciones.

No es fácil de entender para los legos en la materia, pero el proyecto en el que se encuentra inmerso Bergueiro persigue revolucionar el campo de los nanomateriales porosos de control nanométrico. Supraporous surge, precisamente, tras una estancia posdoctoral de este químico orgánico de A Estrada en la Universidad de Tokio, bajo la supervisión del prestigioso profesor Takuzo Aida.

En este contexto florece la oportunidad de emprender una colaboración en la que Alemania y Lituania se suman a España y Japón para avanzar en la búsqueda de nuevos materiales porosos con infinidad de usos. Al equipo compostelano y al capitaneado por Takuzo Aida se unió el del profesor Wokfgang Parak, un líder mundial en el campo de la nanobiotecnología, y el experto en mecanismos de polimerización y consultor de la compañía Farentis Edvinas Orentas (Universidad de Vilnius, Lituania).

El proyecto figura entre los solo cinco seleccionados en el marco del programa EIG Concert, una iniciativa internacional para apoyo, coordinación y cooperación en materia de ciencia, tecnología e innovación entre la Unión Europea y Japón. Llega avalado por una inversión de 500.000 euros, aportados entre los cuatro países citados.

Cuando se habla de materiales porosos, de modo muy simplificado, puede pensarse en un tamiz. Sus poros pueden ser muy pequeños o más grandes. El desafío pasa por poder controlar el tamaño de este poro a través de lo que denominan polimerización viva. Este control podría ejercerse a través de la intercomunicación de nanopartículas de oro, capaces de conformar una matriz a la que aplicar funciones concretas. Permitiría, por ejemplo, poder separar dos sustancias en disolución; aplicarse para la purificación o, por la naturaleza biocompatible de los materiales que se emplearán, aplicarse en ámbitos como la ingeniería de tejidos o, según se explicó desde la USC, la entrega controlada de fármacos.

En este último sentido, Julián Bergueiro subrayó que no son materiales aislantes, de tal modo que continúan permitiendo el paso de los fluidos. Ello posibilita que se pueden adaptar a los tejidos, de tal manera que es posible que las células crezcan a través de esta matriz, augurando aplicaciones futuras como la creación de órganos en 3D.

El control del tamaño del poro resulta fundamental para otra de las claves de este proyecto: el atrapado selectivo, consiguiendo que unas moléculas se alojen y otras no en este versátil tamiz.

El proyecto Supraporous arrancará oficialmente entre los meses de abril y mayo y tendrá una duración de tres años, de tal manera que se aguarda llevar sus descubrimientos y utilidades a la práctica en 2021. Hasta entonces, quedan por delante muchas horas de laboratorio, de intercambio entre los cuatro países participantes y encuentros para la puesta en común de cada uno de los descubrimientos que se vayan realizando hasta terminar brindando por esta oportunidad de oro para la nanotecnología.