Con la inauguración, a finales de 2008, del primer tramo de la autovía Santiago-A Estrada, los estradenses pudieron "robarle" unos preciados minutos al tiempo que invierten en sus desplazamientos hasta la capital gallega. Estos minutos se ampliarán significativamente cuando se complete la prolongación de este vial de alta capacidad, una apuesta que el gobierno gallego resolvió dividir en varios tramos.

Cuando la Xunta presentó, en 2009, el estudio informativo para continuar la AG-59 desde A Ramallosa hasta A Estrada, se hablaba de un vial de 11,44 kilómetros. En este instante se aportaron tiempos medios de recorrido para completar el viaje A Estrada-Santiago. Los datos facilitados entonces por la administración gallega indicaban que los tiempos de la autovía frente al actual trayecto por las PO-841 y AC-841 se reducirían en un 58,6%, estimando el paso de 29 minutos de recorrido por la red provincial a los 12 por la futura autovía. El entonces conselleiro Agustín Hernández añadió que la continuidad de la AG-59 hacia Forcarie y Cerdedo reduciría el tiempo necesario para llegar desde Terra de Montes hasta la capital de Galicia de 66 a 37 minutos, un 56% menos que ahora.

Las expropiaciones que se avecinan permiten que los usuarios de estos recorridos puedan comenzar, aunque sea paulatinamente, a pensar en ajustar horarios.