Poco más de un año después del referéndum en el que los silledenses apoyaron el traslado del consistorio a la Casa da Cultura (por un margen de 52 votos), el gobierno de Silleda presentó ayer el proyecto que diseñó Abraham Castro Neira para unificar todos los servicios, ahora mismo repartidos en tres ubicaciones diferentes, en este inmueble de la rúa Progreso. El acto, abierto al público, contó con la asistencia de buena parte del ejecutivo local, y su maqueta quedará expuesta precisamente en la citada Casa da Cultura.

Tanto la reforma integral de la Casa da Cultura como la construcción del nuevo volumen longitudinal en la parte posterior tienen un coste global de 1.236.761 euros, con IVA y gastos generales incluidos. La ejecución material se queda en los 858.921 euros, una cifra que entra dentro del margen que en julio del año pasado avanzó el portavoz del BNG, Matías Rodríguez da Torre: entre 800.000 euros y el millón. Es un coste notable, sí, pero bastante más barato, "17 veces menos", según apuntó el alcalde Manuel Cuíña, en comparación con el consistorio de Lalín. Esta inversión permitirá no solo centralizar el trabajo de las 41 personas que trabajan en las dependencias municipales y reducir costes energéticos, sino que se creará un espacio de encuentro "que represente a todos y que en su esencia destilará valores como la democracia", como indica el proyecto de Castro Neira.

El arquitecto, bajo el lema Naturalmente noso, contempla que en el actual edificio de la Casa da Cultura se acometa una remodelación integral. Desaparece la biblioteca (que presumiblemente se trasladará al actual consistorio en la rúa Trasdeza), y en su planta baja se instalará el Punto de Atención Cidadá y el registro municipal, amén de los servicios de la Policía Local y el juzgado de paz. La entrada principal al futuro consistorio será en esta zona, en la rúa Progreso, aunque habrá otro acceso por la calle Morón. En esta primera planta se sitúa, además, el cuarto de instalaciones, que triplicará la capacidad. Ya en el primer piso, los vecinos se toparán con despachos puramente institucionales: seis para concejalías, Alcaldía, Intervención, Secretaría, prensa y oficinas generales, con espacios interconectados. En el caso de los espacios para concejalías, estarán equipados y distribuidos con tabiquería de vidrio translúcido, para poder modificarse según el tamaño del equipo de gobierno y sus horas de dedicación institucional. Por último, en la segunda planta se ubicarán el salón de plenos y el salón de actos, separados por un tabique móvil por si se precisa más aforo. Además, el salón de actos dispondrá de butacas reversibles, como explicó el regidor, para dar servicio a las sesiones plenarias si es necesario.

El edificio actual de la Casa da Cultura y la nueva construcción tendrán como eje central la zona donde se encuentran los ascensores, y estarán unidos por una pasarela con un sistema de vigas de 33 piezas, el mismo número de parroquias que tiene el municipio y cuyo simbolismo también está presente en la fuente de la remozada Praza da Igrexa, con 33 piedras por las que brota agua el día del patrón de cada parroquia. Y en este conjunto de vigas, otro guiño más al patrimonio natural de Trasdeza: dos grandes espacios vacíos donde crecerán los árboles son las metáforas de los dos cascos urbanos.

Césped a modo de ríos

La nueva construcción se sitúa en el margen norte de la parcela, para así abrir todo el frontal al sur y aprovechar la luz natural. Dispondrá de dos plantas, de más de 500 metros de superficie cada una, y estará distribuida por un patio central y el núcleo de escaleras, dejando dos amplios cuerpos a ambos lados. Habrá, además, un gran patio interior, que se conecta con el jardín central mediante dos bandas de césped, a similitud del Deza y el Toxa en su discurrir hacia el Ulla.

La futura construcción, en su planta baja, ofrece a los ciudadanos el departamento de Servizos Sociais, con acceso directo desde la calle para garantizar discreción e intimidad a sus usuarios. En este punto se colocan también pequeños despachos para electricistas y fontaneros, accesibles desde las dos entradas del edificio. Por último, en dicha zona se localizan además una sala de juntas, el servicio municipal de aguas o el archivo, a modo de almacén de la documentación más antigua.

La primera planta será accesible tanto desde la pasarela como desde el patio central que distribuye el edificio. Contará con una sala de descanso y café, además de los departamentos de Urbanismo, Consumo, Turismo o Axencia de Emprego e Desenvolvemento Local. Son servicios íntimamente ligados a Alcaldía y concejalías, de modo que estarán conectados pero al mismo tiempo mantienen su independencia.

En cuanto a los espacios que van a quedar vacíos, Castro Neira apunta que los futuros jardines y patios interiores permitirán recuperar la fuente así como las esculturas existentes. Los materiales que van a usarse tanto en la reforma de la actual Casa da Cultura como en el nuevo inmueble serán de la zona y uniformes, de modo que se mantendrá la fachada actual, pero se renovarán las carpinterías. La colocación de suelo radiante permitirá, una vez que se disponga de la red de calor con biomasa, un considerable ahorro energético. En este sentido, el alcalde volvió a dejar clara su apuesta por las energías verdes y su intención de lograr que Silleda sea "un concello sostenible a nivel medioambiental y con un valor añadido para nuestros montes".

Tanto Castro Neira como Cuíña insistieron en el impacto urbanístico de esta obra, sobre todo porque lleva pareja una mejora en las calles adyacentes y para las que está ya listo un anteproyecto para concurrir a una línea de ayudas. "Significará una reforma completa de todo el entorno, tanto de la Praza Siñor Afranio y Alonso Ríos [son el acceso actual a la Casa da Cultura] como de la rúa Morón [que permitirá entrar por la parte trasera]". Cuíña explica que en dicho anteproyecto se contempla la mejora de acceso y más plazas de aparcamiento tanto en Alonso Ríos como en Morón, mediante un desembolso que ronda los 500.000 euros.