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El sector ganadero ante un mercado cada vez más competitivo

Las cooperativas agrarias están dispuestas a un proceso de fusión para reducir los costes

El cierre continuado de explotaciones y la necesidad de mantener servicios fuerzan una reorganización al margen de Xuncoga -Desde hace varios años, O Rodo ya comparte algún tipo de maquinaria con Gandeiros de Deza

Hace casi un año, en julio de 2017, las cooperativas lucenses Icos, Agris, Cogasar y Coelplan se fusionaban en una única entidad, Aira. Bajo su paraguas se integraron 2.574 socios y 225 trabajadores. La fusión ya está dando sus resultados: si las previsiones calculaban que a finales de 2019 la facturación crecería un 10%, resulta que en 2017 ésta ya aumentó un 5%, al alcanzar los 96,5 millones de euros.

Una de esas integrantes de Aira, Icos, ya puso una pica en Deza hace cuatro años, cuando absorbió la cooperativa silledense Indega. Así que "Aira, a cualquier hora, recala aquí", apunta el presidente de Cobideza, Román Santalla. Esta cooperativa con sede en Cercio dispone de 300 socios, de los que 230 venden leche (la producción es de unos 50 millones de litros al año). Cobideza tiene socios en Lalín, pero también en Silleda, Forcarei y A Estrada. Cobideza es la responsable del 40% de la facturación de Xuncoga (4,6 millones el año pasado) la única cooperativa de segundo grado de Deza en la que además se integran O Rodo (27%), Gandeiros do Deza (5%), Aprodeza (9,5%), Trasdeza (2,4%), Campodeza (12%) y Valle del Deza (4%). Son siete cooperativas en dos municipios, a las que hay que añadir otras no incluidas en Xuncoga, como la Cooperativa Ganadeira do Sixto o la Cooperativa de Botos, de dimensiones mucho menores.

Año tras año, las cooperativas van salvando sus números, pero el goteo en el cierre de las explotaciones y la necesidad de mantener servicios (pienso, seguros, recogida de leche, maquinaria y estaciones de servicio, en algunos casos) hacen necesaria esta fusión, una integración natural a la que ya se han sometido desde industrias lácteas a entidades bancarias. "Los servicios en las comarcas están cubiertos, pero a los ganaderos no nos queda otra que organizarnos en un mercado liberal en el que, además, las cooperativas pequeñas que solo tienen un almacén y nada más no van a ninguna parte", apostilla Santalla, que se queja de que ni desde Medio Rural se promueve esta fusión, que parece darse en todas partes salvo en Lalín, ni las demás cooperativas dan un paso adelante para que esto se materialice, aunque siga existiendo Xuncoga como entidad de segundo grado.

El propio presidente de Xuncoga y de Gandeiros de Deza, Manuel Fernández, admite que la fusión "a la larga, es necesaria, porque se reducen costes, pero no va a mejorar la situación del socio" en el sentido de que, por ejemplo, en Icos los carros picadores trabajan a un coste de 90 euros por hora, que en Gandeiros do Deza se quedan en 60. Fernández también alerta de los peligros de una super-cooperativa: el presidente estará cada vez más alejado de los socios, "mientras que ahora, en las cooperativas dezanas, los socios vienen a la sede como si fuese su casa", apunta.

Fernández, en más de una ocasión, dejó caer la idoneidad de fusionar Gandeiros de Deza y la rodeirense O Rodo. La primera tiene un centenar de ganaderías, y la segunda 360. De hecho, y como indica José Luis Camiñas, el presidente de O Rodo, desde hace tiempo ya se les prestan los carros mezcladores a Gandeiros de Deza. La maquinaria, en caso de fusionarse cooperativas, seguiría teniendo el mismo volumen de oferta, pero podrían ahorrarse costes. Gandeiros de Deza invierte al año en maquinaria unos 300.000 euros, mientras que O Rodo llega a desembolsar unos 500.000. Juntas, y según los cálculos de Fernández, la inversión sería de 600.000 euros.

Al margen del ahorro en inversiones, los costes también podrían reducirse en cuestiones técnicas y administrativas, como señala Camiñas. Hay diferentes posturas a la hora de ver si una gran cooperativa tiene más fuerza a la hora de negociar el precio de la leche cruda: Santalla apunta que, a mayor volumen de producción de leche, más facilidad para negociar con diferentes industrias lácteas, ya que no tiene por qué venderse todo el producto a la misma firma. Pero Fernández alerta del riesgo de que a la industria puede no interesarle comprar un volumen superior. "A veces, los problemas de renovación del contrato lechero están en el volumen, no en el precio", asevera.

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