Ser fuente en A Estrada tiene mucho riesgo. Poco importa si tiene uno o más chorros, si adorna un céntrico enclave o si, por tamaño, invita al remojón en un cálido día de verano. Todas acaban teniendo los días contados. La última fuente que existe en el casco urbano estradense, situada en la alameda municipal y en la parte posterior del consistorio, ya cuenta las horas para seguir el aciago destino de sus antecesoras.

El caso es que las fuentes estradenses no parecen tener buena estrella. Antes o después acaban pasando a ser protagonistas de la anécdota o de una antigua fotografía. De esto último sabe mucho la fuente que todavía resiste en los jardines locales. Durante décadas fue fresco telón de fondo para el posado de muchas generaciones de estradenses, desde grupos de amigos a recuerdos de familia, pasando por las fotos que la colocaban como mudo testigo del amor.

Sin embargo, la inminente reforma a la que será sometida a la alameda de A Estrada ha puesto fecha de caducidad para esta fuente. Aunque no puede negarse que su imagen vivió épocas mejores, la remodelación del parque la deja fuera del lugar que ha venido ocupando durante décadas. El alcalde estradense, José Lopez, confirmó que este elemento será retirado, un destino que previsiblemente compartirá con otra pequeña fuente de piedra que se reubicó hace unos años junto a la pista deportiva.

En todo caso, López aseguró que la nueva alameda no perderá por completo la referencia del uso público del agua y avanzó que habrá alguna o varias zonas en las que el líquido elemento esté presente.

Aunque las fuentes públicas en la villa fueron desapareciendo poco a poco, hubo un tiempo en que estos elementos se emplazaron en los enclaves urbanos más representativos. En su día la antigua Plaza de Ramiro Ciorraga -la actual Praza de Galicia y popularmente A Farola- estaba presidida por una fuente pública de varios chorros, como recuerdan las imágenes antiguas. Más reciente en el tiempo -y seguramente en la memoria de muchísimos estradenses- está la fuente que ocupaba la actual Praza da Constitución, al pie de la casa consistorial. Tenía varios chorros que lanzaban el agua a distintas alturas e incluso luces pero terminó siendo pasto de una pala excavadora para crear la plaza actual. El mismo destino corrió la fuente que el bipartito PSOE-BNG situó hace solo unos años en la Praza do Mercado y que pasó a la historia poco tiempo después de su estreno.

En la Praza da Inmaculada, junto a la iglesia de San Paio, también fluía el agua hace unos años, si bien la estructura se transformó en una jardinera de gran tamaño. Fuera del casco urbano, en un reducto verde, resiste a duras penas una fuente en la robleda municipal. Tuvo sus más y sus menos pero la última reforma realizada en este área natural y de esparcimiento apostó por conservarla.