Los zorros y los jabalíes no son los únicos depredadores que devoran las crías de conejo y los huevos de perdiz. Las águilas se han convertido, en los últimos años, en una de las peores amenazas para estas especies. Su presencia es generalizada en ambas comarcas, y está más que consolidada debido a que Medio Ambiente prohibe cazarlas, pese a la insistencia de los cazadores en controlar su densidad. Son un problema para la supervivencia de la perdiz en, sobre todo, Lalín, Rodeiro (donde ataca también a las crías de conejo), Agolada y en Forcarei en el límite con el Tecor de A Rocha, ya en A Estrada.

Pero no solo se propagan los depredadores. También hay buenas noticias en otras especies. En Dozón, el presidente de los cazadores, José Rodríguez, reconoce que en los últimos meses se ha consolidado en sus montes la población de liebre. "Días atrás vinos hasta 15 en un mismo prado", apunta. Este animal puede cazarse desde hoy y hasta el 27 de noviembre y en terrenos de régimen cinegético especial.