La corporación de Vila de Cruces aprueba de forma definitiva la cuenta general de 2015, que salió a exposición pública ya en mayo pero que semanas atrás tuvo que someterse a determinados ajustes siguiendo los parámetros del Tribunal de Cuentas. En cualquier caso, dicha cuenta arroja un remanente de tesorería positivo de 855.118 euros. Este concepto mide la solvencia de una administración para saldar sus deudas y se obtiene de restar al dinero que tiene ésta en cuentas y los derechos pendientes de cobro las obligaciones pendientes de pago. En cuanto al resultado presupuestario (la diferencia entre los derechos presupuestarios netos liquidados y las obligaciones presupuestarias netas reconocidas), alcanza los 308.003 euros.

Por otra parte, el ejecutivo que encabeza Jesús Otero aprobó por unanimidad el arreglo del entorno del auditorio Xosé Casal, a petición del BNG. Las obras tendrán que esperar al año que viene, ya que resulta imposible incluirlas en los presupuestos de éste. El Bloque pide que el firme, que actualmente está en tierra, se redefina como una zona verde o un área de aparcamiento, para impedir que durante el invierno, con la lluvia, termine embarrándose y dificulta el acceso tanto a la biblioteca como a la escuela de música.

Además se creó una comisión integrada por los ediles Manuel Souto (PP), María del Carmen Silva (PSOE) y Xoán Blanco (BNG) para reclamar ante la Xunta la puesta en marcha de un Punto de Atención Continuada (PAC) en Cruces. Hace dos años que se aprobó la moción.