-En mi casa, primero trabajamos con vacas del país y, después, cambiamos para convertirnos en granja de leche. Ahora llevo tiempo jubilado y ya no tenemos vacas porque vendimos la cota. Recuerdo que, cuando yo llevaba la granja, subió la leche a 60 pesetas de las antes el litro. Entonces la gente empezó a moverse, pero a esa época le siguió otra en la que el precio bajó muchísimo. Ahora pasa lo mismo, porque hay mucha competencia. Al deshacerse de las cotas, cada uno produce lo que quiere. El caso es que esto de la cota láctea es malo de arreglar porque todos los países de Europa producen mucha leche. En Francia, el gobierno subvenciona la leche y la pueden vender aquí más barata.