Las expectativas estaban puestas ayer en la primera feria del año que, después de casi cuatro décadas, volvía a celebrarse en domingo. Pero las intensas lluvias y el fuerte viento registrados desde bien temprano y a lo largo de toda la jornada echó por tierra este primer mercado dominical en la capital dezana. La de ayer era también una de las citas más proclives a congregar mayor afluencia de gente al coincidir aún en pleno período navideño, con visitantes en la zona, y en la recta final de las compras para Reyes. Pese a los esfuerzos y reiterados llamamientos realizados durante los últimos días por el Concello -promotor de la medida- para lograr el respaldado de la ciudadanía tanto a la cita como al comercio local en esta jornada, el desapacible temporal condenó la propuesta en su estreno.

A primera hora, tal y como informó la Policía Local, encargada del registro de los puestos, el mercado congregaba gran parte de los habituales feriantes. Muchos de ellos habían decidido acudir a Lalín después de que se suspendiese el mercado dominical en Padrón a causa de la previsión meteorológica. Precisamente, éste es uno de los fuertes competidores de mantener las ferias que coincidan en domingo en Lalín, ya que gran parte de los feriantes que acuden a Lalín suelen ser fijos también de Padrón. Pero a medida que avanzaban las horas y el temporal no amainaba y la afluencia de gente en la feria era escasa, los feriantes optaron por comenzar a levantar sus puestos, sobre todo para que la lluvia no arruinase su mercancía y la jornada no les acarrease más pérdidas. A media mañana quedaban en el Campo da Feira Vello apenas una docena de puestos y medio centenar de personas que intentaban hacer frente a lluvia y viento. Cruzar el recinto ferial se convertía casi en una odisea en la que los asistentes salían siempre empapados, el viento sacudía el agua de los plásticos de los puestos y volteaba paraguas y la lluvia no daba tregua. Ni tan siquiera los puestos de ventas de paraguas hacían su agosto, ya que la mayoría no se aventuraba a venir sin el de casa. Los tenderos que resistían se afanaban en reiterar las ofertas "hoy lo regalamos, mañana ya no" otros miraban el reloj sorprendidos "aún no es ni la una" ante la retirada masiva de sus compañeros de faena. Los pulperos y churreros también veían resignados cómo la feria enseguida se desmontaba. Muchos de los que se aventuraban a dar, aunque solo fuese un rápido recorrido por la feria, coincidían en señalar que "es una pena que para un día que podía haber algo de gente, al final venga un día así" apuntaba un vecino de Lalín que acudía acompañado de su familia.

La próxima feria que se celebrará en domingo será el 3 de abril. Tras ella también habrá mercado dominical el 3 de julio, el 18 de septiembre y el 18 de diciembre. La iniciativa fue promovida por el gobierno local en respuesta a una demanda de parte de la sociedad arrastrada desde hace años. Además, justificaba que este cambio podría contribuir a dinamizar el núcleo urbano durante los fines de semana.