El gobierno de Lalín selló anoche un acuerdo con las Anpas de los colegios del municipio un acuerdo sobre las normas de acceso y uso de las piscinas del multiusos para los cursos de natación. La normativa en vigor fue censurada por estricta por la comunidad escolar, pues impedía a los padres acompañar a los vestuarios a niños de corta edad que no pueden desenvolverse por sí mismos en estas tareas.

Con las nuevas normas pactadas ayer en una reunión a la que acudió el teniente de alcalde, Nicolás González Casares, los pequeños de entre 5 y 7 años podrán entrar en los vestuarios acompañados de su representante legal para que los ayuden a vestirse u realizar otras tareas de higiene. Pero para ello han de cumplirse una serie de condiciones como que la normal actividad en la piscina no se vea alterada, medidas de seguridad o que no se dificulte el trabajo de los monitores o personal del Lalín Arena. Así las cosas, los padres de niños de 5, 6 y 7 años deberán presentarse unos minutos antes en la instalación para, luego, acceder con los menores a los vestuarios antes de que comiencen las aulas de natación. En caso de que algún padre llegase tarde -se estableció un tiempo de 15 minutos antes del comienzo de la actividad en la piscina- sus hijos tienen garantizado el acceso a las clases, pero sus representantes legales ya no. Como el acuerdo se pactó con las Anpas, en cada grupo de padres que acompañe a los pequeños deberá haber un responsable que vele por el cumplimiento de estas nuevas normas. En lo que respecta a los demás alumnos que acuden a estas clases -de 8 años en adelante- ya irán solos al no precisar la ayuda de un adulto.

Estas normas acordadas en la reunión de anoche serán trasladadas por las Anpas de cada centro a todos los padres para que las conozcan. El gobierno local indicó en este sentido que algunos de los presentes dijeron que nunca habían sido informados por el anterior ejecutivo de la normativa ni convocados a reuniones en las que se habrían tratado.

Al término del encuentro, en torno a las 22.00 horas, Casares quiso dejar claro que con estas nuevas normas se acaban los privilegios que tendrían algunos colegios. Más que favoritismo, a su juicio, lo que había era un descontrol a la hora de establecer el número de escolares que podrían acudir a las clases de natación. En la reunión estuvieron representantes de las Anpas de los colegios Manuel Rivero, Xesús Golmar, Sagrado Corazón, y de los de Vilatuxe y Prado.