En contra de lo que pudiera parecer el tiempo primaveral de ayer no favoreció el arranque de la temporada de caza, sobre todo en cuanto al trabajo de los perros se refiere. El calor y el aire solano dificultaron mucho las labores de rastro de los canes, tal como pusieron de manifiesto los cazadores de Deza y Tabeirós-Terra de Montes consultados ayer por esta Redacción. Aún así, la mayor parte afirmaba que la primera jornada había sido bastante provechosa en número de piezas cobradas en las distintas especies.

"Fixo demasiado calor para os cans, que non teñen sitios onde beber; ás catro ou cinco carreiras hai que deixalos descansar", valoraba Luis Nistal, presidente de la Sociedad de Caza de Lalín. "Aínda que non o pareza, o tempo non acompaña, co aire solano os cans non traballan ben, non sei que lles pasa, pero non son capaces de seguir os rastros", coincidía el recientemente reelegido presidente del colectivo de Silleda, José Antonio Pena. Distintos cazadores de Trasdeza manifestaban que las condiciones meteorológicas sólo habían permitido trabajar en condiciones a los canes en las primeras horas de la mañana, antes de que se secase el rocío.

En lo que coincidieron todos los cazadores consultados ayer fue en resaltar los aceptables resultados en cuanto a piezas abatidas. Casi todas las cuadrillas portaban alguna pieza al cinto, sobre todo conejos, aunque también algunas liebres y perdices. Los aficionados de Vila de Cruces y Agolada ofrecieron un balance más negativo. "Aos cans costáballe moito levantar pezas, aínda que pola tarde mellorou algo a cousa", declaraba Manuel Camino, presidente del colectivo cruceño.

La especie cinegética por excelencia de la zona es el conejo. Algunas cuadrillas llegaron a levantar hasta una docena, aunque no todos cayeron bajo la pólvora de las escopetas. En algunas áreas, como Rodeiro y alguna zona de Lalín, la población de este roedor se ha visto mermada por la enfermedad vírica que suele afectarle tras el verano. "Hai un mes había máis caza, pero xa estamos acostumados, todos os anos pasa o mesmo; en calquera caso, o mellor sempre vén ao pasar as primeiras semanas. O primeiro día aínda non sabes o recorrido da caza", explicaba José Calvo, de la sociedad cinegética de Rodeiro.

Los tecores (territorios cinegéticamente ordenados) de la comarca disponen de cupos máximos por cazador y día, que suelen estar entre 2 y 3 conejos y 1 o 2 perdices, amén de las 3 becadas (arceas) que establece la normativa general, aunque estas aves se empezarán a cazar cuando llegue el invierno. La caza de zorros, con una densa población en la zona, suele congregar a pandillas estables que se dedican a ello casi en exclusiva.