"Vino, gustoume e dixen vale". Eran las palabras que en 2002 pronunciaba Enrique Banet al encontrarse por primera vez ante el edificio que ahora alberga el Centro Gerardo Muñoz de Medio Ambiente, Novas Tecoloxías e Desenvolvemento Rural de Levoso, en la parroquia forcaricense de Quintillán. Hoy por hoy, esta institución impulsada por la Fundación Galicia Verde –al frente de la cual se encuentra el propio Enrique Banet y su esposa, la actriz Mabel Rivero-, destaca por muchos motivos: por lo meritorio de su remodelación, por su sorprendente autosuficiencia, por el entusiasmo con que sus fundadores lo han constituido… pero si por algo sobresale este edificio, construido en 1926 gracias a los emigrantes del lugar en Mar de Plata, es por su objetivo: demostrar que en el rural hay posibilidades laborales y hacer algo para que las potencialidades del campo se hagan reales y se aprovechen en equilibrio con la naturaleza.

Enrique se sacude las botas antes de enseñar el centro. Y es que hasta ese momento había estado trabajando en la zona que se dedicará a la producción de compost. "A terra está dura", comenta. También Mabel colabora en ese instante, junto a los bancales en que cultivan las más variadas verduras. Lo suyo es una entrega total. Ambos compaginan sus labores profesionales con la gran " fe neste proxecto". Los dos luchan por algo en lo que desde siempre han creído, en el fomento de la agricultura como actividad imprescindible para la sociedad. Y lo hacen sin interés económico, por pura devoción.

El centro no necesita de elementos externos para funcionar. Se basta para producir el calor que alimenta a un sistema calefactor de zócalo radiante y que permite disfrutar de una agradable temperatura sin gastar nada. Todo proviene de cuatro placas solares. Un anticongelante circula por dos tubos y continuamente desprende calor. En verano, este mismo sistema actuará a modo de aire acondicionado. En caso de que la energía solar no sea suficiente, entra en funcionamiento otra alternativa: la geotérmica. Un equipamiento a 12 metros y medio de profundidad acumula agua que sube al inmueble y se dirige a una bomba de calor. Resulta sorprendente percibir, al tacto con los tubos, como con este simple sistema no se necesita de ninguna instalación convencional. "O seu custo inicial é un 20% máis que os sistemas tradicionais, pero o mantemento é nulo". Todo una ventaja. Si la geotermia no alcanza, podrá echarse mano de la energía que produzca el compost o de la fotovoltaica. La electricidad es el último recurso. Lo mismo ocurre con el modo en que se depuran las aguas. Gracias a tres lagunas situadas a diferente altura y que se poblarán de plantas el agua estará lista para consumir, puesto que los vegetales realizan una función purificadora. Una idea que funciona "en moitos países e que debería ser implantadao" señala Banet mientras se dirige al terreno que se dedicará a producción de compost. A este entorno, los agricultores podrán llevar la materia orgánica que se convertirá en abono. Con el fin de ahorrarles costes, habrá un pequeño parque de maquinaria, de modo que podrán utilizarse las herramientas necesarias sin tener que comprarlas. Bastará con una pequeña cantidad para el mantenimiento.

El nombre del Centro Gerardo Muñoz de Medio Ambiente, Novas Tecnoloxías e Desenvolvemento Rural para la investigación, la enseñanza, la divulgación y la promoción del empleo no deja dudar a dudas. Principalmente, la institución se dedicará al estudio, de forma que puedan obtenerse las semillas de mejor calidad para luego distribuirlas. Se centrará también en la actividad académica, y es que no hay mejor inversión de futuro que asentar con firmeza las bases de su proyecto, de modo que se trabaja ya en la posible implantación de un FP2. Para ello, el inmueble está dotado con aulas con acceso a internet, de laboratorios (uno de ellos pionero en Europa por dedicarse al análisis cualitativo de los cultivos), de una biblioteca que está a punto de recibir la donación de dos colecciones y que estará abierta al público y de zona administrativa. Los sillones negros de esta sala pronto estarán ocupados, puesto que se ha concedido al centro dos becas de trabajo. Precisamente el fomento del empleo es otro de los retos, por lo se impulsará sobre todo la firma de contratos con agricultores y cooperativas. Estos se comprometen a cosechar productos derivados de semillas del centro y a cambio, el Gerardo Muñoz garantiza por adelantado la venta de estos cultivos. ¿Cómo? Esforzándose por llegar a acuerdos con entidades o a través de la venta directa, impulsando que sean los propios agricultores los que pongan sus productos a disposición del público y eliminando el encarecimiento de los intermediarios. El primer grupo, de Forcarei, está ya convocado para echar a andar esta idea.

"É moi sinxelo, calquera pode facelo na casa, cóllese un kilo de leituga de agricultura ecolóxica e outro de agricultura tradicional, logo sécase nunha estufa e vese como a materia seca da ecolóxica é o dobre que da outra". Así demostraba Banet las ventajas de la que denominan ecoagricultura, en la que los cultivos "tardan máis en facerse" pero se componen de menos agua y por lo tanto su calidad es mayor. "Teñen o dobre de alimento, polo que precisamos comer menos", lo que desmonta la creencia de que la agricultura ecológica es más cara, puesto que "aínda que se pague máis tamén dura máis" y todo con la ventaja añadida de cuidar el medio ambiente. Las tierras, cedidas por los vecinos, se dedican principalmente a la producción de verduras, puesto que al ser una zona alta es el cultivo que mejor se cosecha. Hay de todo: repollos, coliflores, acelgas, grosellas y unas moras sin espinas que han dado magníficos resultados… hasta alforfán, una planta de Nepal que permite obtener harina sin gluten y sin el elevado coste del mercado de importación. Contra el control de las plagas, todo está pensado también. Las plantas aromáticas se encargarán de despistar a los insectos de los cultivos, al atraerlos hacia ellas, proyecto incluido ya en una investigación con la universidad de Santiago. Entre los planes de futuro está la creación de un invernadero de montaña, que se resguardará del frío al "ir medio soterrado" y aprovechará el calor desprendido por las zonas de compost. Pura filosofía ecológica. Ya encaminados en su espectacular aventura de Levoso, Enrique y Mabel se plantean abrir otros centros, por ejemplo en Taboada y O Courel, aprovechando siempre las cualidades de la zona. Y es que en el rural "non se precisan grandes extensións de terreo, o que se precisa é que pague aos agricultores polo valor dos seus produtos", explica. "Que a xente teña os recursos necesarios para vivir da súa actividade" es lo primordial para hacer del campo un lugar en el que trabajar, vivir y disfrutar al tiempo que se cuida y se protege. Enrique y Mabel han puesto ya su importantísimo grano de arena. Todo un ejemplo a las diversas administraciones.