El entorno de la Plaza de Abastos de Lalín albergó ayer el último mercado quincenal del año, que si bien registró una notable afluencia de visitantes, ello no se hizo notar sobre el volumen de compras. Las últimas compras antes de Nochebuena se centraban, sobre todo, en la fruta, bacalao -muy tradicional en las veladas de la Galicia interior- y determinadas carnes. Así, la crisis económica y la época de matanza de porcino explicaba ayer el vacío de algunos puestos como el de marisco y embutidos.

Desde Vilanova de Arousa, el marisquero Joaquín Estévez visita la feria lalinense por segunda vez acompañado por su mujer, quien ayer se quejaba de la escasez de despacho. "A xente sabe que estos son productos da ría, e polo tanto están máis caros cós foráneos. Así, se eu vendo a nécora de Arousa a 18 euros, a estranxeira está a 12,", explica. La considerable diferencia de precio también se nota en otros frutos del mar, como la centolla -la de_Arousa se cotiza a 25 euros y la foránea a diez menos- o los mejillones, con una diferencia de 0,20 euros por kilo. Ello explica que este puesto permaneciese prácticamente vacío durante buena parte de la mañana. "A xente achégase para preguntar os prezos, pero ao final acaban indo aos supermercados ou botando man de productos conxelados", explica Joaquín.

Además de cubrir la feria de Lalín desde noviembre -el pasado día 3 no pudieron acudir por el temporal de nieve- estos marisqueros han solicitado un puesto en la de Caldas de Reis, "xa en outubro, e polo que aínda estamos esperando", por lo que temen que el supuesto boom de ventas de las fiestas navideñas transcurra sin poder establecerse en esta villa.

Los demás puestos, por su parte, tenían ayer desigual suerte en función de los productos que ofrecían para estas fiestas. Así, Luis Raposo se quejaba de que su venta de queso y embutidos había descendido "xa dende as vacacións de verán, que é cando hai que cubrir outros gastos como o colexio dos nenos ou impostos", explica. Ayer, sus mayores facturaciones fueron de queso, "sobre todo manchego", y apenas entregó chorizo o jamón, "xa que coincide coas matanzas e nesta zona todo o mundo dispón na súa casa ou na dalgún familiar de productos de porco". Sin embargo, uno de los puestos vecinos a éste diversificó ayer sus productos, de modo que al queso y a alimentos de porcino añadió el ya mencionado bacalao en sal, a cuya compra acudían parejas y familias para planificar las cantidades que precisaban de cara a organizar las comidas y cenas más importantes del año.

Venta de turrón

El mercado con mayor concurrencia de la comarca también notó en la jornada de ayer la falta de otras ventas casi tradicionales a estas alturas del año, como el puesto de turrón y otros productos típicos de las fechas navideñas. Sea la crisis o el hecho de que ayer también se celebraban otros mercados más numerosos que el lalinense, como el de Salgueiriños en la capital gallega, la ausencia del puesto de turrón no se repitió en otras delicias, como los habituales vendedores de churros o de pulpo, repartidos por todo el casco urbano. Quienes sí aprovecharon la llegada del invierno para acudir a la feria dezana más importante y aumentar sus ventas fueron los puestos que disponen de arbustos y árboles para transplantar.