DANIEL FERNÁNDEZ  Lalín

El derrumbe de la Avenida Xosé Cuiña, ocurrido en la madrugada del pasado sábado por razones que aún se desconocen pero que están asociadas al mal tiempo, ya ha superado su primer gran obstáculo. El desplome de la carretera había dejado sin suministro de agua al parque empresarial Lalín 2000 y a las parroquias del este del municipio, pero los operarios de la empresa Espina y Delfín, concesionaria de este servicio, han conseguido restablecer el abastecimiento por medio de una alternativa consistente en llevar la traída, de modo provisional, por encima de la avenida.

El concejal de Obras e Servizos Municipais de Lalín, Camilo González, indicó que esta misma mañana arrancará el operativo para solucionar cuanto antes este accidente y acortar al máximo las semanas que se prevé que esté cerrado el vial. Así, confirmó que desde primera hora se procederá a las tareas de desescombro que evitarán que se produzca un "efecto presa" y que se forme un pantano en el cauce del río Pontiñas a la altura del parque botánico, tal y como advirtió el director de Infraestructuras de la Diputación, Agustín Hernández. En principio, se comenzará por la retirada de las farolas, que amenazan con caerse, y se proseguirá con las biondas y los trozos de asfalto. Respecto a los daños, González concretó que se mantienen igual y que los desperfectos no se han agrandado en la última noche.

Eso sí, el edil de Obras dejó una gran novedad y es la necesidad de desviar el río lalinense para poder reponer el canal por el que cruza por debajo de la Avenida Xosé Cuiña. De este modo, hay que buscar una solución para apartar el cauce mientras se coloca la nueva infraestructura de paso.

Finalmente, cabe señalar que la avenida permanece cortada al tráfico de vehículos y de personas, al igual que el paseo peatonal del Pontiñas, que tiene cerrado el túnel por debajo de la antigua circunvalación y obliga a dar un rodeo a sus usuarios.