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Llega desde Irlanda al Centro de Activación Cultural Torres de Oeste la réplica de otro drakkar vikingo

Es un barco ornamental capaz de navegar, como los empleados en la serie de televisión "Vikingos"

Alberto García, junto al drakkar instalado bajo el puente, hace tres años. FdV

Catoira dispone desde ayer de una nueva réplica de un drakkar, construido en Irlanda e instalado en el entorno del Centro de Activación Cultural Torres de Oeste (Cacto), como complemento del mismo.

Así lo explica el portavoz municipal socialista, exalcalde y candidato a la reelección Alberto García García, impulsor de este y otros proyectos relacionados con la cultura vikinga durante las tres décadas que ejerció como regidor.

Al asistir a la recepción del barco de guerra, que no fue comunicada desde el concello por el gobierno en funciones del BNG, García se mostró encantado con esta aportación extra para el patrimonio cultural de la localidad.

Hay que recordar que el Centro de Activación Cultural Torres de Oeste (Cacto) es un edificio ejecutado para disponer de una zona didáctica, una sala audiovisual centrada en la Romaría Vikinga y otra de exposiciones, en este caso centrada en las temáticas "Idade de bronce e cultura castrexa"; "Orixe: identidade e territorio"; "Roma"; "Alta Idade Media"; "Invasións" y "Diego Xelmírez".

Como se había proyectado, uno de los elementos expositivos más destacados del Cacto es esa réplica en poliéster armado con fibra de vidrio de un barco de guerra vikingo existente en la ciudad hermana de Frederikssund. Un drakkar, dicho sea de paso, como los utilizados en la popular serie de televisión "Vikingos" que va a usarse con fines ornamentales, aunque también puede navegar.

Con este tipo de acciones lo que pretendía Alberto García siendo alcalde, y lo que debe buscar el gobierno saliente de la sesión de investidura que se celebrará en los próximos días, es fomentar el desarrollo cultural, turístico, educativo y económico del Concello.

Las claves del Cacto dadas a conocer por el propio García hace cinco años abundaban en ello e indicaban el mejor modo de aprovechar este edificio, desde cuya planta superior se divisan el río Ulla y las Torres de Oeste.

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