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El equilibrio entre la actividad económica y la salud pública

El turismo de O Salnés cruza los dedos para que Madrid avance pronto en la desescalada

La comarca arousana depende más de los viajeros del centro de España que la media de Galicia debido a las segundas residencias de Sanxenxo y O Grove -También preocupan los datos de Castilla-León y Cataluña

Una terraza hostelera de Carril, con vistas a la playa y la ría de Arousa, ayer. // Iñaki Abella

O Salnés depende en gran medida del turismo doméstico y entre las procedencias de los viajeros destaca con mucha diferencia Madrid. "En O Grove, los madrileños pueden suponer sobre el 40 por ciento del total de turistas españoles", afirma el hostelero José Luis Benavides, representante del sector en la asociación local de empresarios, Emgrobes.

Según datos de la oficina de turismo de Cambados, más de 20 por ciento de las consultas que atienden en verano son a personas procedentes de la comunidad madrileña. Por ello, no es de extrañar que el sector turístico de la comarca arousana observe con preocupación el lentísimo avance de la desescalada en Madrid.

Además, la Xunta acaba de difundir unos informes que alertan de la posibilidad de que haya un repunte de casos de Covid-19 a las pocas semanas de empezar la temporada turística, y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha llegado a sugerir que no deberían venir a Galicia turistas de comunidades con malos datos de contagios. Todo ello ha preocupado aún más si cabe a un sector que se ve en la cuerda floja desde que se supo que el coronavirus no iba a desaparecer con unas pocas semanas de confinamiento.

Galicia pasa por ser el tercer destino de vacaciones preferido por los madrileños (el primero es Andalucía, y el segundo, Asturias), y se estima que en torno al 14 por ciento de los viajeros españoles que recalan en Galicia de junio a septiembre son de Madrid. Pero ese porcentaje todavía es más elevado en O Salnés, debido al altísimo número de pisos, apartamentos y chalés que los madrileños compraron en su día en Sanxenxo, A Toxa o San Vicente de O Grove.

Por ello, en la comarca arousana preocupa la lentitud con la que avanza la desescalada en la comunidad madrileña, ante el temor de que sus vecinos no puedan abandonar la provincia hasta bien entrado el verano. Tanto es así que José Luis Benavides considera que hay que buscar un plan B por si eso sucediese, e insta a la Xunta de Galicia a preparar cuanto antes campañas de promoción turística para comunidades autónomas que, sobre el papel, sí entrarán en la nueva normalidad ya en junio, y a quienes por tanto sí se les permitiría viajar a otros puntos de España. "Para nosotros supondría un gran problema que los madrileños no pudiesen venir, por lo que tendríamos que buscar otros destinos".

Cataluña y Castilla-León

Pero el problema para O Grove y el resto de la comarca arousana no es solo Madrid. Castilla y León también sigue anclada en la fase 0 de la desescalada, y el municipio meco también acoge cada verano a docenas y docenas de personas procedentes de dicha región. "Así como en A Toxa hay mucha segunda residencia de madrileños, en San Vicente ha comprado mucha gente de Salamanca, León, Zamora o Valladolid", afirma Benavides.

Tampoco es baladí la presencia de los catalanes. Aunque menor, por la gran distancia que les separa de Galicia por carretera y el hecho de tener a mano el Mediterráneo, Cataluña también aporta muchos visitantes a O Salnés. A modo de ejemplo, el verano que Cambados fue Ciudad Europea del Vino pasaron por la oficina de turismo algo más de 2.000 barceloneses. Y Cataluña también sigue en la fase 0 de la ansiada vuelta a la normalidad.

Vilagarcía

Ricardo Santamaría, que es presidente de la Asociación de Iniciativas Turísticas de Vilagarcía (Ahituvi) plantea que este municipio arousano no depende tanto del turismo madrileño como los de Sanxenxo o Baiona, por citar dos ejemplos. Vilagarcía sí es un destino que seduce cada vez más a los asturianos y los vascos, que en principio sí están bien situados para poder viajar sin restricciones desde principios de julio.

En cuanto al turismo internacional, Santamaría asume que si se impone una cuarentena de 14 días, nadie querrá venir a España. Entiende que una opción mejor para mantener la actividad económica sin renunciar a las garantías de salud pública sería exigir a los viajeros que aporten un test PCR.

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