A la espera de lo que pueda recogerse con las "vendimias tardías" y las "revendimias", que poco más van a aportar al volumen global, a estas alturas puede decirse que la recolección en la Denominación de Origen Rías Baixas está finiquitada. Y es así tras ofrecer una de las mejores cosechas de la historia del Consello Regulador, con casi 32 millones de kilos de uva.
No es la cantidad casi desproporcionada de 2011, cuando se rozaron los 42 millones de kilos, y tampoco llega a los niveles de 2018 y 2017, cerrados con 38,5 y 39,3 millones de kilos de uva, respectivamente.
Pero no cabe duda de que se trata de un buen registro, ya que esos casi 32 millones de kilos están entre las ocho mejores marcas obtenidas desde 1990. Ronda, por ejemplo, el resultado de 2010, que se había saldado con 31.686.516 kilos, y el de 2015, que se elevó hasta los 31.917.611 kilogramos.
A la espera del balance oficial de vendimia, y cuando queda claro que la merma ha sido mayor de lo que se esperaba inicialmente, puede decirse que hasta media mañana de ayer se habían introducido en bodega 31.249.371 kilogramos, correspondiendo 21.165.262 kilos a la uva entregada desde los viñedos existentes en la subzona productora de O Salnés.
De este modo, con el 68% de la producción, la comarca vitivinícola arousana mantiene su claro dominio en el conjunto de Rías Baixas, donde la de Condado do Tea recogió este año 6,3 millones de kilos y la subzona de O Rosal se quedó en 3,3 millones.
Se completa la relación con la uva vendimiada en Ribeira do Ulla, que se acercó a las 406 toneladas, y Soutomaior, que se conforma con algo menos de sesenta.
Y si el dominio de O Salnés entre las zonas de producción es incontestable, mucho más lo es el que ejerce la variedad albariño sobre todas las demás. Tanto es así que el fruto que da nombre al vino mas característico de Rías Baixas representa nada menos que el 98% de toda la uva recogida.
Las 30.570 toneladas de uva albariña quedan muy por encima de las casi 214 toneladas de treixadura, las 175 toneladas de loureira blanca y las 148 toneladas recogidas de caíño blanco.
Aunque no son, ni mucho menos, las únicas variedades amparadas por el Consello Regulador. Pueden citarse, también, las 51 toneladas de godello obtenidas, 24 de caíño tinto y las 23 toneladas de mencía.
La relación se completa con casi doce toneladas de espadeiro, once de torrontés, más de diez toneladas de sousón, ocho de brancellao, casi dos toneladas de loureira tinta y unos testimoniales 130 kilos de castañal.
