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El PSOE isleño presume de "abuelo rojo" en sus listas

Ramón Otero "Cachería" cerrará la candidatura que encabeza Carlos Iglesias en las municipales del 26 de mayo

Ramón Otero "Cachería", muestra la placa que le entregó el Partido Socialista. // Noé parga

Cumplirá un siglo de vida el próximo 30 de septiembre, cien años en los que ha visto todo tipo de cosas y vivido múltiples situaciones, pero ninguna le ha arredrado de su militancia socialista.

Ramón Otero, más conocido en A Illa con el sobrenombre de Cachería, nunca fue en unas listas electorales ni ha liderado el partido en el pequeño municipio arousano, pero siempre ha sido un militante socialista de base dispuesto a colaborar en todo aquello que le pidiese el partido.

Esa entrega es la que decidió premiar el partido en el que milita desde 1982 y del que siempre fue simpatizante, sin dejar pendiente de pago una sola cuota durante todos estos años., Su implicación con la formación del puño y la rosa es lo que ha llevado al PSOE a ofrecerle un puesto en la candidatura en estas elecciones, un puesto muy significativo como es el que la cierra.

Otero aceptó encantado y se emocionó durante la presentación de la candidatura en el Auditorio, sobre todo, cuando Gonzalo Caballero le entregó una placa tras subirle al escenario. Él fue el único de los candidatos socialistas que despidió a los asistentes al mitin con el puño en alto, una marca identificativa de los antiguos socialistas.

Aunque con problemas importantes de audición, Cachería puede presumir de una salud de hierro, que le permite dar largos paseos, en ocasiones hasta dos veces al día, por el municipio. En esos paseos ha llegado a encontrarse con el alcalde socialista, al que nunca duda en ponerle deberes sobre qué obras realizar, y sobre todo, recomendarle la necesidad de cumplir siempre con la palabra dada a los vecinos.

"Le gusta mucho ver las cosas hechas y no duda en decirle al alcalde si aquello le gusta o no, además de insistirle en que debe trabajar por el bien de sus vecinos", explica su hija.

El isleño es descendiente, por parte paterna y materna, de aquellas trece familias que la leyenda dice que se asentaron en A Illa, aunque acabaría casándose con una vecina de Vilanova de Arousa. Con apenas veinte años, fue llamado a filas para combatir por el bando Nacional en la Guerra Civil. Mientras él viajaba hacia el frente, su padre se afanaba en esconder a republicanos en A Illa, antes de buscarles una escapatoria para que no acabasen fusilados. De aquella guerra pocas cosas se le pueden arrancar ya que prefiere "no recordarlas", tan solo los lugares en los que luchó -el Ebro y Madrid- y que en la capital de España "nos pasamos varias semanas enterrando muertos".

Ese es el motivo por el que ha decidido desterrar esas imágenes, explica su hija Virginia, a la que apenas le ha referido durante estos años algunas anécdotas, como el intercambio de tabaco entre soldados de ambos bandos porque "los soldados, entre ellos, no tenían nada; a muchos de ellos, como mi padre, les pusieron un fusil en las manos y los enviaron a luchar en la que no creían ni compartían". Lo que sí tiene muy claro Cachería es que aquello "nunca debió pasar ni puede volver a repetirse".

Tras regresar de la guerra, tocó mimetizarse y pasar desapercibido. Es cierto que en A Illa se conocían sus tendencias izquierdistas, pero siempre destacó "por ser un gran trabajador y no meterse con nadie; eso creo que fue lo que le permitió ganarse el respeto de todo el mundo", explica su hija ante su atenta mirada de asentimiento. Sacó adelante cinco hijos siendo el mayor de 11 hermanos, y ahora se ha convertido en el hombre de mayor edad de A Illa de Arousa.

El próximo 28 de abril irá a votar, lo hará por su partido de siempre, pero también para celebrar que puede ejercer un derecho que estuvo prohibido durante décadas y que costó muchas vidas conseguir. Solo por el respeto que le merecen esas personas que murieron defendiendo que "todos pudiésemos votar, tenemos la obligación de hacerlo".

Estos días apenas siguió los debates electorales, primero por sus dificultades de audición, pero también porque la crispación en la que viven los políticos actuales no le gusta absolutamente nada y teme que pueda acabar sembrando situaciones que creía ya pasadas hace mucho tiempo.

Socialista de los antiguos, su líder desde siempre es el Felipe González del año 1982, una de las figuras que, para él, debe ser recordada siempre porque "fixo moi boas cousas ainda que haxa xente que non llo recoñece", explica. José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez ya no levantan esa ilusión en su mirada al escuchar hablar de ellos, aunque contaron, y en el caso del último, cuenta con su apoyo incondicional.

Apodo

En A Illa, los apodos acostumbran a pasar de generación en generación. Sin embargo no fue así el caso de Otero, al que el sobrenombre de Cachería le llegó siendo ya adulto. Todo sucedió en una de esas largas jornadas de mar en compañía de otros marineros. En plena cubierta del barco, cuando trataban de desembarcar las almejas capturadas ese día, los capachos acabaron volcando, provocando una auténtica "cachería" o desastre por la cubierta. Ninguno de los marineros del barco quiso asumir la culpa, pero esta acabó recayendo en él y de ahí a convertir Cachería en su apodo hubo tan solo un paso, el de desembarcar todos los marineros de la embarcación.

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