Los arqueólogos que esta semana han comenzado a excavar en la playa do Naso de A Illa, en el lugar conocido como Os Bufos, ya han localizado las primeras edificaciones. En las catas realizadas se han localizado una serie de muros que podrían pertenecer a antiguas salazoneras romanas, aunque ese es un extremo que está todavía por confirmar. Lo que sí que parece que está claro es que pertenecen a las edificaciones que se asentaban en la zona y que los pilos donde se elaboraba el pescado han podido desaparecer por el efecto que las mareas tienen en la zona. No en vano, en los últimos años, han desaparecido unos tres metros de la zona en la que se está trabajando, lo que, temen los arqueólogos, ha podido afectar al yacimiento.

Adolfo Fernández, responsable de las excavaciones, reconocía ayer que en dos de los sondeos "se han encontrado resultados, en el primero de ellos aparecen estructuras bien conservadas aunque todavía es pronto para saber si pertenecen a una salazonera; en el segundo, se ha localizado una especie de habitación de la que estamos tratando de saber su funcionalidad". Entre los objetivos marcados por el equipo que dirige Adolfo Fernández está el de saber si realmente las ruinas que todavía son apreciables en la playa de O Naso pertenecen a una factoría de salazón romana o a otro tipo de edificación, recuperando la mayor parte de datos durante el tiempo que dura la excavación.

La actividad de los arqueólogos se va a desarrollar tan solo durante esta semana, cinco días en los que están recogiendo todo tipo de datos para trasladarlos al laboratorio y catalogarlos según su importancia. No es la primera ocasión en que la playa de O Naso recibe a los arqueólogos, ya que fue inventariado en los años 60, donde se identificaron el edificio de la playa y una necrópolis próxima conocida desde el año 1931 como Campo dos Bufos.

La actividad arqueológica de A Illa está siendo realizada por integrantes de la facultad de Historia de Ourense, de la Universidade de Vigo y se enmarca dentro de un proyecto mucho más amplio y ambicioso que trata de localizar la mayor parte de las factorías de salazón que existieron en las Rías Baixas gracias a un programa europeo. Bajo el epígrafe Salt and fish salting in ancient Gallaecia. Looking for the origins of the Galician canned fish industry, el equipo de arqueólogos ya ha pasado por otros puntos de las Rías Baixas desde que comenzaran su andadura en 2016 descubriendo datos muy interesantes al respecto.

Uno de esos puntos ha sido el yacimiento de Adro Vello en O Grove, donde realizaron un hallazgo muy importante para su trabajo. Allí "se sabía que existía una factoría, pero no estaba documentada, por lo que comenzamos a trabajar para elaborar un plano sobre ella". La sorpresa llegó en uno de los sondeos donde se localizó un pilo lleno de pescado, un hallazgo prácticamente único que puede ayudar a descubrir qué tipo de especies eran utilizadas para su comercialización. Con ese objetivo, todo el pescado hallado ha sido remitido a la Universidad de León para su estudio por parte del departamento de malacología.

Además de O Grove, el equipo ya ha pasado por diferentes localizaciones, como la de Sobreira en Vigo, donde consiguieron identificar una factoría de salazón que estaba sin identificar; Bueu, a la búsqueda de las ánforas en las que el pescado era trasladado a diferentes puntos del Mediterráneo; o en las salinas del Areal de Vigo.

El objetivo es analizar "cómo se crearon estas salazones y cual era la comercialización de su producto, que llegaba hasta muchas zonas del Mediterráneo en ánforas de Bueu que se han localizado en yacimientos lejanos".