Los comerciantes y hosteleros admiten que José Ramón Abal les preguntó que les parecería si cerraban al tráfico la plaza de Fefiñáns, y que la mayoría le dieron el visto bueno. Pero matizan que el concejal les preguntó su opinión sobre el cierre en verano, con el compromiso de que se tomarían medidas paliativas y de que en septiembre volvería todo a la normalidad.
Sin embargo, después empezaron las obras de soterrado del cableado eléctrico de la Rúa Real, y ya no se llegó a restablecer el paso de vehículos. Y Abal no despeja la incógnita de si volverá a abrir la plaza, y cuándo lo hará. Según él, queda por ejecutar el soterrado del cableado telefónico, y el Concello también quiere hacer la prospección arqueológica que quedó pendiente en otoño, cuando Patrimonio ordenó tapar los restos hallados durante la apertura de una zanja solo un par de de días después del descubrimiento.
Sea lo que fuere, los afectados están cada vez más cansados. "Lo que hicieron cerrando el tráfico (por Fefiñáns) fue empobrecer esta zona, dejando a los locales sin servicios: cubos de basura, papeleras ni una? Y llegada la Navidad, el alumbrado, ¡sensacional! Pasó como en Vigo, todo el mundo vino a verlo, pero porque nunca alumbraba. Pero es igual. ¿A quién le importó? ¿Quién paga por un alumbrado que falla un día y al otro también?".
Los afectados reprochan a Abal que intente sembrar la idea de que se oponen a la peatonalización. "No es cierto, pero sí que nos oponemos si lo hacen mal. El aparcamiento que hay junto al cementerio sigue sin asfaltar, no tenemos papeleras ni una zona próxima para el traslado de mercancía en coche".
