| "Cuando el ser humano se encuentra en un lugar tan poco humano como éste se genera un sentimiento de hermandad que está muy por encima de cualquier diferencia, ya sea ideológica, política o cultural". Eso es lo que cree Javier Babé tras haberlo constatado personalmente, cuando la peligrosa ruta a la Antártida que capitaneó tomó tierra en el continente helado. Aquel verano austral de 1983 los expedicionarios visitaron las bases y refugios que diferentes países tenían ya en suelo polar, "recibiendo en todos ellos una calurosas acogida". Como explicó el propio Babé al público que acudió a su conferencia -foto derecha- no cabe duda de que la misión resultó enormemente complicada. Aunque también es cierto que el hecho de ser la "Idus de Marzo" una goleta de vela con tres palos -foto izquierda- "conferiría a la expedición un atractivo toque romántico".