La Festa do Albariño crece año tras año a pasos agigantados. La llegada de más gente tiene consecuencias positivas, como una mayor cifra de ventas en la hostelería, pero también negativas, como el aumento de la basura. Esto, y la falta de catavinos en el Paseo da Calzada, parecen ser los dos talones de Aquiles principales de una edición de la fiesta que ha vuelto a ser de récord en cuanto a ventas y asistencia de público.
En el caso de los catavinos, dependían del Consello Regulador da Denominación de Orixe Rías Baixas, y se adquirieron 35.000. Pero como parecía claro que iba a suceder cuando el miércoles se vendieron 7.000 -a pesar de ser el día más flojo en público-, al final no fueron suficientes. El sábado a las 20.00 horas se acabaron, de ahí que en algunas casetas empezasen a repartir vasos de plásticos para poder tomar el vino.
A este respecto, el portavoz municipal, Xurxo Charlín, manifestó que "varios bodegueros me han trasladado su malestar por la falta de catavinos. La denominación de origen Rías Baixas tiene que cuidar su imagen y su promoción, y sirviendo el vino en vasos de plástico no cuidas una imagen de calidad". Por ello, avanza que el Ayuntamiento está sopesando encargarse el año próximo directamente del reparto de las copas.
En lo que respecta a las basura, la llegada de docenas de miles de personas durante cinco días genera evidentemente una acumulación de desperdicios ingente. En un día normal se recogen en Cambados entre dos y cinco toneladas de basura, pero durante la Festa do Albariño son muchas más. Según cifras aportadas por Charlín, entre el miércoles, el jueves y el viernes pasado se recogieron 32 toneladas de desperdicios; en el sábado se generaron 40 toneladas; y el domingo se produjeron entre 26 y 28 toneladas.
Hay que añadir además las en torno a 110 toneladas de vidrio que se recogieron en los 15 contenedores habilitados en el entorno de A Calzada. Todo ello suma unas 110 toneladas de basura, lo que supone según el portavoz municipal la cifra más elevada de los últimos años, y que da una idea de la cantidad de gente que pasó estos días por Cambados.
El concejal de Servicios, José Ramón Abal, apunta que se ha hecho un esfuerzo muy grande para mantener un buen estado general de limpieza, pero que es imposible mantener en todo momento la normalidad en una fiesta cono la del Albariño, que se estima que puede llegar a reunir a 200.000 personas. En este sentido, señala a modo de ejemplo que solo durante la mañana de ayer se llenaron 10 contenedores con botellas y basura que habían terminado en el mar, frente al Paseo da Calzada, mientras un camión cisterna de 20.000 litros se afanaba en el baldeo de las calles.
En este sentido, hubo quejas en todo el barrio de Triana, pues a pesar de que había baños públicos en los principales puntos de la fiesta, mucha gente orina directamente en la calle. Una situación que origina molestias y mal olor, sobre todo en días calurosos. Sobre esto, Abal defiende que se estuvo baldeando, aunque no niega que pudiese haber problemas en alguna zona a la que no pudiese llegar el camión. El concejal señala que se reforzó el servicio y que los empleados hicieron horas extras.
