Ledicia Costas y “Aquelarre”: se cierra el círculo de la magia

Solo el mundo mágico de la lectura es capaz de generar momentos tan especiales como el que ayer se vivió en la tienda “Aquelarre” de Pontevedra, donde la escritora viguesa Ledicia Costas firmó ejemplares de su nueva novela, “Pel de cordeiro”. La elección de este establecimiento, centrado en el esoterismo, no ha sido casual. La escritora decidió incluirlo en la ronda de presentaciones al público debido a una colaboración que surgió con su propietaria, María Diz. Tal y como adelantó FARO en su momento, ella fue quien elaboró los atados de ruda y figa para la buena suerte y contra la envidia que fueron incluidos en las cajas promocionales del libro antes de su puesta oficial a la venta. La conexión entre ambas mujeres se realizó a través de la editorial, Xerais, por lo que ayer, por fin, se produjo en la Boa Vila el tan esperado encuentro, y presentación, entre ambas.

“¿Qué pasa hoy aquí?”, se preguntaba este miércoles una joven que pasaba con una amiga por la calle Loureiro Crespo, donde se ubica “Aquelarre”, al ver la larga cola que se formó en el exterior de la tienda, un lugar en el que habitualmente reinan el silencio y la música suave, solo interrumpidas por el sonido de las campanillas de la puerta o de la conversación interesante que su dueña o su pareja ofrecen a los clientes. Y es que “Pel de cordeiro” ha generado muchísima expectación y los lectores de Ledicia Costas no se quisieron perder la firma de sus ejemplares directamente con la autora.

Ella misma había reconocido públicamente que le gustaría conocer en persona a la creadora del atado mágico de ruda que se ofreció con sus libros, en los que no faltaron la figa (con el pulgar entre los dedos índice y corazón) y los siete nudos en un cordón rojo. Y el mismo deseo había expresado la dueña de la tienda, cuya madre fue durante décadas echadora de cartas y la tía abuela de esta, “menciñeira”.

“Pel de cordeiro” es una novela de Ledicia Costas, en la que se aborda el mundo de la magia a través de dos mujeres: Catarina, que pertenece a una saga de brujas, y Lola, una mujer del siglo XXI que atraviesa una crisis personal.

“La obra nace asociada a mi fascinación por el mundo del más allá. Yo me crié en una casa al pie de un sendero que llevaba a la consulta de una bruja. Pasaban muchas mujeres gritando fuera de sí. Cuando hacían el camino de regreso tras la consulta venían todas tranquilas. Además, cuando era niña, sabía qué tenía que hacer si me cruzaba con la Santa Compaña. Tenía un miedo aterrador a la oscuridad porque pensaba que ahí habitaban los espíritus. Ahí, empezó mi fascinación por el más allá, por lo gótico, oscuro y brujería”, confesó en una entrevista reciente a este periódico, resumiendo el porqué de esta nueva novela que ya está siendo un éxito de ventas.