Los negocios de A Ferrería celebran que se dé un impulso a la zona: “Esta plaza está muy olvidada”

Creen que iniciativas como la creación de apartamentos turísticos en el edificio del bar Carabela beneficiarán a todo el entorno | “Este tipo de noticias siempre son buenas y siempre aumentan el movimiento”, consideran

Ambiente en los Soportales de A Ferrería, ayer por la mañana.

Ambiente en los Soportales de A Ferrería, ayer por la mañana. / GUSTAVO SANTOS

La venta de las plantas superiores del edificio del bar Carabela a la empresa pontevedresa Montes, que tiene proyectado crear ocho apartamentos turísticos, ha sido acogida con satisfacción por los comerciantes y hosteleros del entorno de la Praza da Ferrería. La noticia, adelantada por FARO este jueves, ha tomado por sorpresa a la gran mayoría, pero aplauden este tipo de iniciativas y creen que pueden aumentar la actividad en la zona y contribuir a mejorar la economía de los negocios locales.

Hay que recordar que desde la plaza parten varias calles en las que hay diferentes tipos de negocios. En la San Román, por ejemplo, que lleva a la Praza da Verdura, predomina el pequeño comercio, mientras que en la Figueroa, la que conduce a A Leña, son todos bares, taperías y restaurantes. Por su parte, en los Soportales hay una interesante mezcla de establecimientos.

Michele Cingolani, hostelero y responsable de la tapería La Estrella y la taberna Kamelia, ambas casi al lado del edificio que albergará los nuevos apartamentos turísticos, no lo duda: “Está genial, es una buena noticia que nos puede beneficiar a todos”.

Considera que el emplazamiento no puede ser mejor para un alojamiento hotelero, tanto por estar en la plaza más importante de la ciudad como por “estar a la entrada del Camiño de Santiago”. “Dormir ahí y levantarte y abrir la ventana y ver esto...”, celebra.

Para Cingolani todo movimiento es positivo en esta zona, “porque esta plaza está un poco olvidada”, se lamenta. “Hay ahí una zona, en concreto en un lateral, en la que parece que hay un criadero de ratas. Si nosotros pagamos por unos veladores y pasan por el lado de los clientes, imagínate, te protestan y con razón. En general, le vendrá bien un impulso a esta zona”, dice.

Tapería La Estrella y taberna Kamelia

Tapería La Estrella y taberna Kamelia / GUSTAVO SANTOS

La cuestión de las ratas también la mencionan las empleadas de la tienda de golosinas Jei-Pop, en los Soportales, que indican que las han visto salir en varias ocasiones del bajo del edificio en ruinas donde se encontraba La Moda Ideal, que ardió en febrero de 2016. “Es una pena, porque esta es una zona con mucho movimiento y que algunos empresarios apuesten por ella es importante para todos, pero después están estas cositas, que hay que cuidar más”, resumen.

Asimismo, desde el restaurante Savoy, reconocen que toda iniciativa que atraiga el turismo “nos beneficia”, “todo lo que sea crecer es bueno”. “Siempre que haya negocios cerca de otros atrae a la gente, la competencia en todos los sentidos es buena y no hay que olvidar que aquí estamos en pleno Camiño de Santiago”, recuerdan.

Eso sí, como otros establecimientos del entorno de A Ferrería, señalan que “la plaza está algo abandonada” y celebrarían que se apostase más por ella, como el centro neurálgico que siempre ha sido.

Tienda de golosinas Jei-Jop.

Tienda de golosinas Jei-Jop. / GUSTAVO SANTOS

Sara Magariños abrió su tienda de ropa, Alma Gemela, en los Soportales de A Ferrería hace casi nueve años. El próximo mes se trasladará a un local justo enfrente del actual, cuya dueña cerró por jubilación.

“Estoy enamorada del casco histórico y de los Soportales. Es una zona de paso obligada, por eso también la elegí. Por aquí pasa mucha gente nueva cada día”, afirma.

Sobre el nuevo proyecto hotelero en el edificio del bar Carabela, es rotunda: “Pontevedra tiene pocas plazas hoteleras y desde la pandemia notamos mucha afluencia turística, sobre todo familiar y desestacionalizada. Cuando hay turismo aumentan las ventas, así que es muy buena noticia”.

La tienda de ropa de mujer Alma Gemela.

La tienda de ropa de mujer Alma Gemela. / GUSTAVO SANTOS

También Idoia Carazo, de la tienda de productos ecológicos sin gluten O Berce, en la calle San Román, considera que el turismo es una fuente de ingresos. “Llevo con la tienda dos veranos y este último noté mucha afluencia de peregrinos y turistas celíacos”, informa.

En cualquier caso, advierte de los riesgos que tiene para las ciudades la gentrificación y la “perdida de la esencia” y apuesta por un crecimiento sostenible en este sentido.

Productos ecológicos sin gluten O Berce.

Productos ecológicos sin gluten O Berce. / GUSTAVO SANTOS

Preocupación por determinados “sin techo” que protagonizan episodios violentos con la ciudadanía

Una de las cuestiones que más preocupan a los responsables de negocios del entorno de la Praza da Ferrería, así como vecinos, es el aumento de episodios violentos entre determinados “sin techo” que se mueven, e incluso duermen, por allí con los viandantes. “Siempre pasa algo, hay gritos entre ellos o con personas que van por la calle. Se te plantan aquí delante los días como hoy lluviosos y la gente ya no pasa, con lo cual al final tú pierdes un potencial cliente”, se lamenta una dependienta de un establecimiento de los Soportales. En la misma línea se manifiestan desde algunos de los negocios hosteleros, cuyas terrazas también se ven afectadas.

“Es un grupo nuevo de unos diez que llegaron hace unos meses, porque a los de siempre ya los conocemos y no daban problemas. Estos de ahora son violentos”, señala otra comerciante.

Insultos: “Zorra, puta”  

FARO fue testigo ayer de uno de estos momentos desagradables: un individuo se enfrentó a una pareja que se encontraba haciendo fotografías de A Ferrería, uno de los principales puntos turísticos de la ciudad. Primero se encaró con el hombre, increpándole y amenazándole con romperle la cámara, pese a que en ninguna de las imágenes salía él, y después con la mujer, a la que acabó insultando a gritos acercándose a ella muy agresivo. Como ambos se marcharon dejándolo atrás por miedo, esta persona en cuestión acabó sacándose los genitales fuera del pantalón y gritando a la mujer: “Mira, zorra; chúpamela, puta”.

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