El edificio del Carabela ofrecerá ocho apartamentos turísticos en plena Ferrería tras su cambio de dueño

La venta excluye al histórico bar, que sigue en manos de la familia Alvariño | El proyecto para las plantas superiores ya fue presentado en diciembre ante el Concello de Pontevedra y su promotor espera que esté listo en menos de un año

El edificio del bar Carabela, con la Praza da Ferrería al fondo.  // GUSTAVO SANTOS

El edificio del bar Carabela, con la Praza da Ferrería al fondo. // GUSTAVO SANTOS

El edificio del histórico bar Carabela ha cambiado de propietarios. La empresa pontevedresa Montes ha adquirido las cuatro plantas del inmueble, en pleno corazón de la Praza da Ferrería, un emplazamiento privilegiado. La idea es dar a todos sus pisos un uso turístico, tal y como ha podido confirmar FARO a través de su comprador. No entra en este proyecto el negocio hostelero, en el bajo, que continúa siendo propiedad de la familia Alvariño.

Se produce de este modo la venta de una construcción exclusiva en el centro de la ciudad, que se une a otras transacciones sonadas como las de edificios en los que se situaban la antigua Ferretería Varela, Almacenes Olmedo o el Casino Mercantil, todos ellos en la zona monumental pontevedresa.

“Me ofrecieron la posibilidad de la compra y vi que era una oportunidad, porque Pontevedra no anda muy abundante en plazas hoteleras. En este sentido, está creciendo y este sitio es inmejorable”, asegura Joaquín Montes, de la empresa Montes, que confiesa que “la primera vez que subí y vi las vistas desde allí me quedé impresionado”.

Aunque no ha trascendido hasta ahora, la venta se produjo hace más de un año, “aunque fue un proceso que se coció a fuego lento”. Tanto negociar con los vendedores como preparar el proyecto llevó su tiempo. Ahora los promotores ya cuentan con el visto bueno de Turismo de la Xunta y están a la espera del OK del Concello de Pontevedra, ante quien se presentó el pasado mes de diciembre un proyecto para convertir las cuatro plantas en ocho apartamentos turísticos, dos por cada una.

“Me ofrecieron la posibilidad de la compra y vi que era una oportunidad, porque Pontevedra no anda muy abundante en plazas hoteleras. En este sentido, está creciendo y este sitio es inmejorable”

Joaquín Montes

— Empresario

La fachada no se tocará y en el interior las plantas que más intervención necesitarán serán la primera y la segunda, ya que tanto la tercera como la cuarta ya habían sido acondicionadas por su anterior propietario. Además, está prevista la instalación de un pequeño ascensor, cuyo hueco se habilitó cuando se llevaron a cabo las obras del Carabela en 2022.

“La ilusión es una cosa y la realidad otra. En cuanto tengamos el beneplácito del Concello podremos pedir presupuestos y a partir de ahí me gustaría que en menos de un año esto estuviera listo”, desea el empresario.

Ninguna actividad en meses

Hace tiempo que el inmueble del Carabela se encuentra vacío en su parte superior, después de que la Gestoría Vidal se trasladase a un nuevo local de oficinas en la calle Michelena. De eso hace ya más de un año y medio, ya que fue en verano de 2022.

Pero es que también el bar lleva varios meses cerrado, aunque se desconocen los motivos, algo que sorprende ya que los nuevos arrendatarios lo reabrieron en diciembre de 2022 apostando por el concepto de “gastrobar”. La inversión en este sentido fue notable, ya que el interior del Carabela fue completamente transformado, tanto para modificar el aspecto del local como para garantizar la accesibilidad.

En cualquier caso, este bajo continúa en manos de los Alvariño, como así ha sido históricamente. Hay que recordar que el Carabela fue inaugurado en 1947 por Aurelio Fontán, un emigrante retornado, y que cinco años después se situó al frente Manuel Alvariño Otero. Tres generaciones de esta familia lo regentaron hasta el año 2015, cuando cambió de gerencia.

El auge del sector turístico

Los apartamentos turísticos impulsados ahora por la familia Montes serán los primeros de este tipo en la Praza da Ferrería, ya que si bien en esta ya se encuentran rehabilitados sus dos principales inmuebles, en la parte más baja, la que cuenta con soportales, en principio todos tienen fin como viviendas convencionales.

Y es que el sector turístico continúa en auge en la ciudad y se caracteriza por que la pernoctación tradicional en hotel ya no es la más numerosa. En la actualidad, más de la mitad de la oferta de las plazas de alojamiento en la Boa Vila ya son de viviendas destinadas a este fin. Son el doble de las que disponen los hoteles tradicionales.

Según los datos extraídos del Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Galicia (REAT), en el municipio capitalino había el pasado verano cerca de 3.900 plazas en alojamientos turísticos. De esta cifra total, el grueso recae sobre las conocidas como “viviendas de uso turístico”. Son más de 2.100 plazas, a las que hay que sumar una treintena de apartamentos turísticos, que pueden alquilarse por hasta tres meses continuados. Entre ambas categorías superan las 2.100, es decir, el 55% del total de todas las plazas ofertadas.

El hueco en el que estaba el edificio de Virgen del Camino.  | // G.S.

El hueco en el que estaba el edificio de Virgen del Camino. / GUSTAVO SANTOS

Otros proyectos con fines de vivienda o empresariales

Entre los proyectos que se están llevando a cabo en la ciudad en estos momentos destacan algunos que han supuesto derribos, como el de un inmueble en la calle Virgen del Camino. Se trata de una construcción que, según la inmobiliaria encargada de su promoción, Alsan, “ha nacido para ser un referente”. Se construirán cuatro plantas y será el ático la “joya de la corona”: un dúplex con amplia cocina, salón de grandes dimensiones y amplios ventanales al exterior y acceso a una terraza de 13 metros cuadrados. Tendrá también una zona de recreo y jardín de 120 metros cuadrados con una piscina. Son 332 metros cuadrados totales por un precio, con impuestos, que supera los 700.000 euros.

Otro derribo sonado ha sido el de uno de los edificios sobre las antiguas galerías de la Oliva, no exento de polémica, a donde el grupo Inditex trasladará su Zara de Pontevedra.

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