El parón en el marisqueo afectará también a los trabajos de siembra y regeneración

Los profesionales del sector piden al ISM que se modifique la normativa: “Queremos que nos dejen ir a conservar lo poco que nos queda, la gente no quiere vivir de ayudas”

Asamblea de la cofradía de Raxó celebrada ayer para ratificar la decisión de cerrar los bancos. |   // RAFA VÁZQUEZ

Asamblea de la cofradía de Raxó celebrada ayer para ratificar la decisión de cerrar los bancos. | // RAFA VÁZQUEZ / C. Prieto

C. Prieto

Las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra ratificaron la decisión de paralizar a medio plazo el plan de explotación marisquera por las graves consecuencias que el exceso de agua dulce está provocando sobre los bivalvos. El acuerdo, adoptado por unanimidad, se tomó ayer en las respectivas reuniones que los pósitos celebraron individualmente. En el caso del marisqueo a pie, el cierre se prolongará hasta el 15 de abril (tres meses a contar desde el 15 de enero), mientras que para el marisqueo a flote se necesita más tiempo para la recuperación del sector, de modo que se extenderá hasta mediados de julio para completar seis meses.

Esta decisión de cierre por causa de fuerza mayor permitirá a las mariscadoras, que pasan uno de los peores momentos económicos de los últimos años, solicitar a la Xunta la ayuda por el cese de actividad, así como una ayuda extraordinaria de la Consellería do Mar por asignación directa, que destinará alrededor de 4,5 millones de euros para la totalidad de un sector que engloba a unos 8.000 profesionales en toda Galicia. Como última opción, también se plantean solicitar fondos europeos, aunque su tramitación es complicada y el tiempo de espera hasta poder cobrarlos suele prolongarse demasiado.

Los mariscadores esperaban también la declaración de zona catastrófica para poder optar a más ayudas, pero de momento “el Gobierno ha ignorado la petición de la Consellería de Pesca”, según apunta Iago Tomé, patrón mayor de la cofradía de Raxó, que lamenta que “en otras comunidades, por grandes granizadas o situaciones meteorológicas adversas, sí que se declaró, pero aquí parece que no va a pasar. Es todo política y lo acabamos pagando los de siempre, porque la situación en la que estamos sí que es catastrófica”. “Se le mandó todo lo que nos fueron pidiendo, entre ellos los informes de los biólogos que se solicitaron en su momento”, informa la patrona mayor de Lourizán, Carmen Vázquez Nores.

“La mayoría de gente no quiere vivir de ayudas, quiere vivir del mar”, sentencia Iago Tomé.

Elena Padín, vicepatrona de la Cofradía de Raxó, reconoce que la situación está siendo “muy difícil”. “La almeja no dio la cría aún y a ver si aguanta lo poco que quedó. Ahora tenemos que estar pendientes a ver si desova y si va a arriba”, indica.

En cualquier caso, pese al cierre en la extracción, las mariscadoras podrán seguir yendo a la “ribeira” a “mover el sustrato y el terreno, porque hace falta, no puede estar parado a monte”.

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Una vez que se ha decidido solicitar el cierre por causa de fuerza mayor, la preocupación de los mariscadores se centra en que, por normativa, no podrán realizar ningún tipo de actuación en los bancos marisqueros.

“Estamos pendientes de una reunión en Madrid con el ISM (Instituto Social de la Marina) porque mientras estamos en cese de actividad no se pueden realizar trabajos de regeneración, y tal y como está la situación ahora es algo imprescindible”, explica Iago Tomé, que apunta que “estamos peleando por modificar la normativa”.

Los profesionales del sector lamentan que “cerramos porque no tenemos producto, pero queremos conservar y cultivar el que hay, que no tiene la talla apta para el consumo. Cerramos por causa de fuerza mayor, porque la paya está sin recursos, no es como cuando cerramos por la toxina, que entonces el trabajo ya está hecho”.

Los mariscadores quieren poder aprovechar estos meses para sembrar y para trasladar bivalvos de unas zonas a otras en busca de la regeneración de las zonas más afectadas. “Lo poco que hay en algunas zonas lo trasladamos para regenerar otras. Sí que está permitido hacer vigilancias y sachar, pero nada más. Queremos que nos dejen ir a conservar lo poco que nos queda”, reclaman.

“Hay que unirse y buscar una solución”

“Nos espera un año 24 y parte del 25 muy complicado”, augura Iago Tomé. Después de tantos meses afectados, los ánimos están muy bajos en el sector. Cabe recordar que llevan arrastrando este problema desde octubre, debido a las constantes lluvias y temporales que provocaron una elevada mortandad de los bivalvos, irrecuperable por la baja salinidad.

“Los ánimos están mal porque ya lo estuvieron en su momento, desde el principio. Aguantamos hasta el momento en el que nos dijeron que tenemos que parar. El biólogo de zona tiene que valorar la situación, porque si no esto es inaguantable. Diciembre, por ejemplo, fue muy flojo en cuotas, porque no daba para más”, resume Carmen Vázquez.

A esto hay que añadir la crisis de los pélets, que llegaron a la playa de O Cabo, en Os Praceres, y fue “el único arenal que se cerró de toda Galicia, para abrirlo después”, señalaba sorprendida la patrona mayor de Lourizán.

El problema que ven los profesionales del sector con este tema es la publicidad negativa que están teniendo sus productos. “Se están diciendo muchas cosas que no son verdad con este tema. Nuestros producto no está contaminado”, defiende Iago Tomé. En la misma línea, Carmen Vázquez lamenta que “estamos en medio y todo lo que se está haciendo o diciendo está dando una publicidad muy negativa a nuestro trabajo y nuestro producto que no nos beneficia en nada, porque la gente le coge miedo”.

En este sentido, hacen un llamamiento a la responsabilidad de los políticos en sus declaraciones públicas, “porque nos afectan mucho. Ya sabemos que hay unas elecciones autonómicas en el horizonte, pero al final esto nos perjudica a todos. Si hay un problema, hay que unirse y buscar una solución”.

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